René Descartes es frecuentemente distinguido como el padre de la filosofía moderna, una designación que se argumenta tanto por su ruptura con la filosofía escolástica - aristotélica dominante en su momento, como por su desarrollo y promoción de las ciencias mecanicistas emergentes (Skirry, s.f.). Como numerosos genios, tenía una variedad de intereses y se adentró en diferentes campos, incluyendo las matemáticas, la geometría, la moral, la filosofía e inclusive el arte (Sánchez, 2018). En correspondencia con Sánchez (2018), su principal valor fue haberse enfrentado a la filosofía escolástica, la cual, estaba plagada de prejuicios.
En la actualidad, existe una una controversia acerca de la veracidad de sus propuestas (Sánchez, 2018). Algunos autores señalan una coincidencia extrema entre las hipótesis de Descartes y la obra de Gómez Pereira, un humanista español del siglo XVI. De manera similar, las tesis que rodean el método de Descartes son notablemente similares a las de Francisco Sánchez, conocido como “El Escéptico”. Por estas y otras coincidencias con la obra de Agustín de Hipona y Avicena, fue acusado de plagio. La controversia persiste hasta el día de hoy, y hay suficiente evidencia para sugerir que algunas de sus obras son bastante semejantes a las de sus predecesores. Sin embargo, de conformidad con Sánchez (2018), el filósofo francés también hizo algunas contribuciones que pueden considerarse completamente auténticas.
Biografía
Descartes nació el 31 de marzo de 1596 en la casa de su abuela materna en La Haye, una región francesa de Touraine (Hatfield, 2018). La ciudad de La Haye, ubicada a 47 kilómetros al sur de Tours, cambió posteriormente su nombre a Descartes en honor a él (Hatfield, 2018). Su padre era Joachim Descartes, jurista del Tribunal de Justicia de Bretaña (Guerri, s.f.). Su madre, Jeanne Brochard, era hija del teniente general de Poitiers. Descartes fue su tercer hijo. Sin embargo, un año después del nacimiento de Descartes, su madre y su cuarto hijo fallecieron durante el parto. Su padre trabajaba seis meses al año en el Tribunal de Justicia de Rennes, a unos 300 km de su hogar. Como resultado, creció con su abuela y su tío abuelo. Cuando tenía cuatro años, su padre se volvió a casar y comenzó a vivir de forma permanente en Rennes. No obstante, según Guerri (s.f.), siempre hubo un vínculo afectivo entre René y su padre.
Desde su nacimiento, Descartes experimentaba problemas de salud y tenía una tos persistente (Guerri, s.f.). Los médicos locales pensaron que no sobreviviría a la infancia. Sin embargo, su progenitor contrató a una enfermera para que cuidara de él. Cuando creció, le retribuyó a su enfermera una pensión permanente en agradecimiento por haberle salvado la vida (Guerri, s.f.). En el año 1607, a pesar de su mala salud, ingresó al Colegio jesuita Royal Henry - Le - Grand en La Flèche, en el cual estudió matemáticas y física, incluyendo los trabajos de Galileo Galilei (Cajal, 2020). En ese momento, en correspondencia con Guerri (s.f.), Galileo todavía no había publicado sus mejores trabajos, los cuales revocaron la física de Aristóteles.
Después de graduarse en el año 1614, estudió a lo largo de dos años en la Universidad de Poitiers, obteniendo un bachillerato y una licenciatura en Canon y Derecho Civil, de acuerdo con los deseos de su padre de que se convirtiera en jurista (Cajal, 2020). No obstante, nunca ejerció la abogacía ni entró en el servicio gubernamental que dicha práctica haría plausible (Hatfield, 2018). En su lugar, en correspondencia con Hatfield (2018), se convirtió en un caballero soldado, trasladándose en el año 1618 a Breda para apoyar al príncipe protestante Mauricio contra las partes católicas de los Países Bajos, que estaban controladas por España.
Desde el año 1620 hasta el año 1628 realizó una gira por Europa, pasando un tiempo en Bohemia, Hungría, Alemania, Holanda y Francia (Cajal, 2020). Asimismo, pasó un tiempo en París, donde entró en contacto con Marin Mersenne, un importante contacto que lo mantuvo conectado con el mundo científico a lo largo de varios años. Desde París, se trasladó por Suiza hasta Italia, donde se quedó un tiempo en Venecia y en Roma. Posteriormente, regresó a Francia y renovó su amistad con Mersenne y Mydorge y conoció a Girard Desargues. Según Cajal (2020), su residencia en París se convirtió en un punto de encuentro para filósofos y matemáticos.
En el año 1628, fatigado por el bullicio de París, decidió establecerse en un lugar donde pudiera trabajar en soledad (Cajal, 2020). Reflexionó mucho antes de seleccionar un país que se acomodara a su naturaleza y finalmente decidió trasladarse a Holanda. Poco después de haberse establecido allí, comenzó a trabajar en su primer gran tratado de física, "Le Monde" o "Traité de la Lumière". En el año 1633, este trabajo estaba casi terminado cuando recibió la noticia de que Galileo Galilei había sido sentenciado a arresto domiciliario. Por consiguiente, en correspondencia con Cajal (2020), decidió no arriesgarse a publicar el trabajo y finalmente optó por realizarlo sólo parcialmente, después de su fallecimiento.
René Descartes fue presionado por sus amigos para que publicara sus ideas, no obstante, se mostró inflexible en no divulgar "Le Monde" y redactó un tratado de ciencia titulado "Discours de la méthode pour bien conduire sa raison et chercher la vérité dans les sciences" (Cajal, 2020). Este trabajo explica lo que Descartes considera una herramienta más satisfactoria para conseguir el conocimiento que el de la lógica de Aristóteles. Según Descartes, sólo las matemáticas son verdaderas, por consiguiente, todo tiene que fundamentarse en las matemáticas. De conformidad con Cajal (2020), en los tres ensayos que acompañan al Discurso, ilustró su método de utilizar la razón en la búsqueda de la verdad en las ciencias.
En el año 1641 Descartes difundió "Meditaciones metafísicas", en la cual se evidencia la existencia de Dios y la inmortalidad del alma (Cajal, 2020). Este trabajo se caracteriza por la utilización de la duda metódica, un procedimiento sistemático de rechazar como erróneas todas las formas de creencias sobre las que en algún momento ha sido engañado o podría haber sido engañado (Cajal, 2020). En el año 1635 nació la hija de Descartes, Francine, de Helena Jans, y fue bautizada en la Iglesia Reformada de Deventer (Watson, 2021). A pesar de que diversos comentaristas suelen referirse a Francine como la hija "ilegítima" de Descartes, su bautismo está inscrito en un registro de nacimientos legítimos (Watson, 2021). Conforme con Cajal (2020), había planeado criar a la niña en Francia, no obstante, falleció de fiebre a los 5 años.
Cansado de estas luchas, Descartes aceptó una invitación de la reina Cristina de Suecia en el año 1649, quien lo exhortó a trasladarse a Estocolmo como su profesor de filosofía (Fernández & Tamaro, 2004). A pesar de las satisfacciones intelectuales que le brindaba Cristina, Descartes no estaba contento en el territorio de los osos, donde los pensamientos de los individuos parecen, como agua, metamorfosearse en hielo. De conformidad con Fernández & Tamaro (2004), estaba acostumbrado a las comodidades y no le resultaba fácil levantarse a las cuatro de la mañana todos los días, en la oscuridad y con el frío invernal carcomiendo sus huesos, para adoctrinar a una reina que ya no tenía tiempo libre debido a sus múltiples compromisos.
El fallecimiento de René Descartes es ligeramente polémico (Sánchez, 2018). Oficialmente, murió de una neumonía que contrajo en Estocolmo, después de haber sido invitado por la reina Cristina de Suecia a su palacio. Esta ha sido la suposición histórica hasta que el especialista alemán, Eike Pies, divulgó una nueva premisa en el año 1980. Según él, Descartes habría sido asesinado con arsénico. Posteriormente, Theodor Ebert, otro especialista, corroboró la misma hipótesis. Según sus investigaciones, Descartes fue considerado poco menos que un hereje. Sus enfoques racionalistas eran vistos con sospecha por la Iglesia y por los escolásticos. Darle a la razón un papel fundamental en la estructura humana, no era bien recibido. Por consiguiente, en correspondencia con Sánchez (2018), se cree que el confesor de la reina Cristina le dio una hostia envenenada con arsénico.
El Libre Albedrío
Descartes "resolvió" un problema filosófico al reformular las enseñanzas de Santo Tomás de Aquino (Guerri, s.f.). Se acercó a la importancia del libre albedrío y afirmó que, aunque el cuerpo humano funciona en gran medida como una máquina, la mente pertenece al alma y no está sujeta a las leyes de causa y efecto. En correspondencia con Guerri (s.f.), esta es la ideología del dualismo cartesiano, que hace una distinción drástica entre la mente y el cuerpo.
Como resultado de su pensamiento, propuso la doctrina del interaccionismo (Guerri, s.f.). Según esta doctrina, el cuerpo y la mente se influyen mutuamente de alguna manera (Guerri, s.f.). Sugirió que el ser humano es una unión de la mente y el cuerpo, dos sustancias drásticamente diferentes que interactúan en la glándula pineal (Watson, 2021). Por lo tanto, pensó que la glándula pineal debería ser el punto de unión, ya que es el único órgano no doble del cerebro, y los informes dobles, como los de dos ojos, deben tener un lugar donde fusionarse (Watson, 2021). Según Guerri (s.f.), esta enseñanza se ha incorporado hasta cierto punto en la expresión "enfermedad psicosomática", que literalmente significa "enfermedad de la mente y el cuerpo".
Después de todo, argumentó que cualquier idea que se presente a la mente de manera clara y sencilla debería ser verdadera (Guerri, s.f.). Lo evidente es lo que se presenta inmediatamente a la mente, y lo desemejante es lo que es claro e incondicionado simultáneamente. En correspondencia con Guerri (s.f.), Descartes mencionaba que lo diferente se conoce por sí mismo y que su evidencia es independiente de cualquier condición limitante.
Descartes y el Racionalismo
El escepticismo de los sofistas, que fue contrarrestado con el racionalismo de Platón, encontró un paralelo en la época de Descartes, quien presentó su racionalismo como una respuesta (Regader, s.f.). En estas épocas, se ubicaba al ser humano en el centro del mundo y se desconfiaba de sus propias fuerzas para sostenerlo. Descartes, sin embargo, no admitió la creencia de los escépticos en la incapacidad del conocimiento, ni en la debilidad de la razón. Por tanto, tomó la decisión de cuestionarse sistemáticamente todo hasta que encontró algo que fuera tan diáfanamente verdadero que no pudiera dudarse de ello (Regader, s.f.). Según Fernández & Tamaro (2004), su método consiste en cuatro preceptos: no aceptar como verdadero nada de lo que no se tenga un convencimiento absoluto de lo que es; descomponer cada problema en sus partes más pequeñas; pasar de lo más comprensible a lo más complicado; y finalmente, revisar completamente el protocolo para asegurarse de que no haya ninguna omisión.
Entonces, descubrió que podía dudar de la existencia de Dios, de la autenticidad de las sensaciones e incluso de la existencia de su cuerpo (Regader, s.f.). Sin embargo, frente a cualquier duda, hay algo de lo que no se puede dudar: de la misma duda (Fernández & Tamaro, 2004). En otras palabras, no se puede dudar de que se está dudando. De esta manera, en correspondencia con Fernández & Tamaro (2004), se llega a una primera certeza absoluta y evidente que se puede reconocer como verdadera: se está dudando.
Cognito Ergo Sum
Continuó por aquel camino hasta que encontró con una certeza ineludible: su propia existencia como un ser auto - consciente y pensante (Regader, s.f.). En pocas palabras,es imposible dudar de la propia duda, ya que se está realizando la misma acción que se está cuestionando (Regader, s.f.). Esto solo implica que el simple hecho de pensar, independientemente de si es verdadero o falso, sugiere que debe haber algo involucrado en dicha actividad, es decir, un "yo" (Skirry, s.f.). Por lo tanto, "yo existo" es una creencia indubitable y absolutamente cierta que sirve como un axioma del que se pueden deducir otras verdades (Skirry, s.f.). Aquí, expresó su primera verdad indiscutible con el famoso: “cogito ergo sum” que significa “pienso, luego existo” (Regader, s.f.). Por lo tanto, de acuerdo con Fernández & Tamaro (2004), las personas pueden estar seguras de sus pensamientos y de su existencia.
A partir de su propia existencia, Descartes justificó la existencia de Dios (Regader, s.f.). Esto significa que las verdades, como "yo existo" y "yo soy una cosa pensante", y los principios que se aplican para concluir que Dios existe, no permanecen claros y son entendidos de manera distinta, por lo que no pueden ser absolutamente ciertos (Skirry, s.f.). Por tanto, dado que las premisas del argumento de la existencia de Dios no son absolutamente ciertas, la conclusión de que Dios existe tampoco puede ser cierta. En correspondencia con Skirry (s.f.), esto es lo que se conoce como el “círculo cartesiano”, puesto que, el razonamiento de Descartes parece ir en círculo en el sentido de que se requiere de la existencia de Dios para la certeza absoluta de las verdades anteriores y, sin embargo, se necesita la certeza absoluta de estas verdades anteriores para demostrar la existencia de Dios con absoluta certeza.
Mecanicismo Universal
Descartes enriqueció la teoría de Galilei con los principios y concepciones de la mecánica, una ciencia que había adquirido un enorme triunfo (Regader, s.f.). Asimismo, fue pionero en considerar los principios mecanicistas como universales, aplicables tanto a sustancias inertes como a la materia viva, a las partículas microscópicas y a los cuerpos celestes (Regader, s.f.). En la concepción mecanicista de Descartes, se identificaron dos sustancias en los seres humanos: la primera es una sustancia pensante, sin expansión y cuyo atributo es el razonamiento, a la que llamó res cogitans, y la segunda corresponde al dominio de lo material y cuyo atributo es la extensión, es decir, la medición cuantitativa en el espacio tridimensional, que se denominaba res extensa (Cajal, 2020; Fernández & Tamaro, 2004). Conforme con Regader (s.f.), estas diferentes sustancias interactuaban a través de la glándula pineal, afectándose mutuamente de manera mecánica.
La Importancia de la Glándula Pineal
Estableció el punto de interacción entre el espíritu y el cuerpo en la glándula pineal, que desempeña una doble función: controlar los movimientos excesivos y regular la conciencia (Regader, s.f.). Consideraba a los animales no humanos como máquinas, desprovistas de mente y conciencia y, por ende, carentes de sensibilidad (Regader, s.f.; Hatfield, 2018). Sin embargo, hacía una excepción cuando se trataba de los seres humanos (Fernández & Tamaro, 2004). Teniendo en cuenta que están formados por un cuerpo y un alma, siendo el cuerpo material y extenso, y el alma pensante y espiritual, debería haber una separación entre ellos. Sin embargo, en el sistema cartesiano esto no ocurre, sino que el alma y el cuerpo se comunican entre sí, no de una manera clásica, sino de una forma única. El alma está ubicada en la glándula pineal en el cerebro, y allí maneja el cuerpo. Según Fernández & Tamaro (2004), la solución de Descartes no resultó exitosa, por lo cual, el problema de la comunicación de las sustancias va a ser discutida por filósofos posteriores.
Legado
La amplitud de su influencia durante el siglo XVII es persistente, incluyendo sus contribuciones significativas en las matemáticas y en la óptica, su perspectiva de una fisiología mecanicista y el modelo que ofreció a Newton de una física celeste y terrestre unificada que asigna unas escasas propiedades básicas a una materia omnipresente, cuyos movimientos se rigen por unas pocas leyes simples (Hatfield, 2018). En este sentido, de conformidad con Hatfield (2018), la obra de Descartes ofrece una ejemplificación de filosofía culturalmente comprometida.
A fin de cuentas, el legado de Descartes se basa, en parte, en los problemas que propuso, o que puso de relieve, pero que no resolvió (Hatfield, 2018). Sin embargo, la filosofía cartesiana se convirtió en un punto de referencia para un gran número de pensadores, algunas veces para intentar solucionar las contradicciones que contenía, como lo hicieron los pensadores racionalistas, y otros, como los empiristas, para refutarlas de manera directa (Fernández & Tamaro, 2004). En resumen, no resulta exagerado asegurar que, si bien Descartes no alcanzó a solucionar muchos de los inconvenientes que propuso, tales problemas se convirtieron en cuestiones centrales de la filosofía occidental. En este sentido, en correspondencia con Fernández & Tamaro (2004), la filosofía moderna puede verse como un acercamiento o una reacción posterior al cartesianismo.
Referencias
Cajal, A. (2020). René Descartes: biografía, filosofía y aportaciones. Lifeder. Recuperado 11 November 2021, a partir de https://www.lifeder.com/aportaciones-de-descartes/
Fernández, T., & Tamaro, E. (2004). Biografia de René Descartes. Biografiasyvidas.com. Recuperado 11 November 2021, a partir de https://www.biografiasyvidas.com/biografia/d/descartes.htm
Guerri, M. Biografía de DESCARTES, RENÉ (1596-1650). PsicoActiva.com: Psicología, test y ocio Inteligente. Recuperado 10 November 2021, a partir de https://www.psicoactiva.com/biografias/rene-descartes/
Hatfield, G. (2018). René Descartes. Plato.stanford.edu. Recuperado 11 November 2021, a partir de https://plato.stanford.edu/entries/descartes/
Regader, B. Los valiosos aportes de René Descartes a la Psicología. Psicologiaymente.com. Recuperado 10 November 2021, a partir de https://psicologiaymente.com/psicologia/descartes-historia-psicologia
Sánchez, E. (2018). René Descartes: biografía del padre de la filosofía moderna. La Mente es Maravillosa. Recuperado 11 November 2021, a partir de https://lamenteesmaravillosa.com/rene-descartes-biografia-del-padre-de-la-filosofia-moderna/
Skirry, J. Descartes, Rene. Iep.utm.edu. Recuperado 11 November 2021, a partir de https://iep.utm.edu/descarte/
Watson, R. (2021). René Descartes - Meditations. Encyclopedia Britannica. Recuperado 11 November 2021, a partir de https://www.britannica.com/biography/Rene-Descartes/Meditations
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