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Rehabilitación Neuropsicológica

Actualizado: 9 mar

Introducción Histórica

En las últimas dos décadas, la atención se ha centrado principalmente en las personas que sufren un daño cerebral (Carvalho, 2017). Esto se debe al aumento de las tasas de supervivencia en los últimos años. De acuerdo con Carvalho (2017), este aumento es posible gracias a un conocimiento médico y neuropsicológico más profundo acerca de las consecuencias del daño, así como a la creación de tratamientos más avanzados, que permiten un diagnóstico más rápido y preciso.

La rehabilitación neuropsicológica tiene una larga historia (Carvalho, 2017). El inicio de esta disciplina está relacionado con las grandes guerras mundiales, en la que los combatientes sufrieron diferentes tipos de lesiones cerebrales, requirieron tratamiento inmediato y una pronta recuperación. En este caso, destaca el neurólogo alemán Kurt Goldstein, donde su cooperación con los soldados durante la primera guerra mundial proporcionó una amplia experiencia, teórica y práctica, sobre el comportamiento y las consecuencias de las lesiones cerebrales Posteriormente, durante la Segunda Guerra Mundial, en la Unión Soviética, resalta el neuropsicólogo Alexander Luria, cuyas observaciones de pacientes con daños focales del cerebro, ampliaron la comprensión del lenguaje, la percepción, la memoria y la disfunción ejecutiva. De la misma forma, de acuerdo con Carvalho (2017), legó la idea de que se debe restaurar no solo físicamente sino también en un contexto social.



¿Qué es la Rehabilitación Neuropsicológica?

La rehabilitación neuropsicológica son todas aquellas actividades encaminadas a mejorar el rendimiento cognitivo general de los pacientes con un daño en el sistema nervioso central o en cualquiera de sus procesos y/o componentes (Carvalho, 2017; Paúl, Bilbao & Ríos, 2011; Aso, s.f.; Castillero, s.f.). Asimismo, se considera como un proceso dinámico en el que interactúan los pacientes, las familias, los equipos de tratamiento y los miembros más cercanos de la comunidad (Carvalho, 2017). Por tanto, de acuerdo con Carvalho (2017), se establece la relevancia de los factores biológicos, psicológicos y sociales en relación con la enfermedad o discapacidad, lo que demuestra la importancia de los métodos biopsicosociales en la rehabilitación neuropsicológica.

Por otro lado, los déficit neuropsicológicos pueden ser muy numerosos y dependen de muchos factores, como por ejemplo, el tipo de lesión, la ubicación del daño, la extensión de la lesión y las características de la persona (Guzmán, 2019). De acuerdo con Guzmán (2019), los cambios físicos suelen ser los más evidentes, sin embargo, las secuelas cognitivas, emocionales y conductuales son más comunes y duraderas, lo que puede limitar la capacidad de la persona para beneficiarse del proceso de rehabilitación y afectar el entorno familiar.

Por tanto, de acuerdo con Arévalo (2020) y Aso (s.f.), la rehabilitación neuropsicológica es una terapia que se enfoca en el tratamiento, e incluye todos los métodos, técnicas y medios necesarios para reducir la discapacidad subyacente de aquellas enfermedades que afectan cualquier dominio emocional, conductual o cognitivo, como por ejemplo, la atención, la memoria, los procesos motores perceptivos, las funciones ejecutivas, entre otros.

En otras palabras, de acuerdo con Carvalho (2017), la rehabilitación neuropsicológica incluye un sistema de actividades terapéuticas basadas en la relación entre el cerebro y la conducta, que tiene como objetivo lograr cambios funcionales con el fin de restaurar o reforzar los patrones de comportamiento y de actividad cognitiva previamente aprendidos, establecer nuevos modelos de actividad cognitiva a través de estrategias alternativas, ayudar a los pacientes y a sus familias a adaptarse a las nuevas condiciones de discapacidad y mejorar el funcionamiento general.

Por consiguiente es imprescindible resaltar la importancia de realizar una evaluación neuropsicológica completa para poder determinar las funciones alteradas y las funciones que se conservan, ya que estas últimas serán la base del proceso de rehabilitación (Arévalo, 2020; Carvalho, 2017). De acuerdo con Arévalo (2020) y Carvalho (2017), es importante mencionar que la rehabilitación se debe realizar tanto con el paciente como con la familia, brindándoles información sobre las dificultades del paciente, indicaciones, orientación, apoyo emocional, entre otras.



Objetivos de la Rehabilitación Neuropsicológica

La rehabilitación neuropsicológica incluye cualquier método o proceso cuyo objetivo final sea reducir las secuelas cognitivas y conductuales de los pacientes que sufren una lesión cerebral, de forma que se reduzca el impacto en su vida diaria (Carvalho, 2017; Guzmán, 2019). En otras palabras, el propósito de la rehabilitación es potenciar la recuperación de las capacidades cognitivas afectadas, mejorar la capacidad funcional de las personas y ayudar emocionalmente a las personas que han sufrido daño cerebral y a sus familias (Guzmán, 2019). De la misma manera, de conformidad con Guzmán (2019) y Paúl, Bilbao & Ríos (2011), el programa de rehabilitación neuropsicológica busca promover la autonomía de las personas, mejorar las funciones cognitivas que se han visto afectadas, acompañar a la persona a darse cuenta de sus propias dificultades y del impacto que estas tienen la vida diaria, y acompañarla cuando sea necesario a redactar nuevos proyectos de vida.

En el mismo orden de ideas, algunos de los objetivos de la rehabilitación neuropsicológica, de acuerdo con Carvalho (2017), son describir detalladamente las consecuencias de la lesión cerebral según el funcionamiento cognitivo, definir las características clínicas que se manifiestan como deterioro neuropsicológico y determinar objetivamente el estado de cada paciente, identificar factores pronósticos y probar hipótesis sobre la relación entre el cerebro y el comportamiento, lo que permite comprender mejor cómo se procesa la información el cerebro.

Para ello, se diseña un plan de rehabilitación que incluye metas funcionales específicas e importantes para ayudar a las personas y a sus familias, a ajustar estas metas y hacerlas lo más realistas posible (Guzmán, 2019). De acuerdo con Paúl, Bilbao & Ríos (2011), las actividades que se utilizan deben ser estimulantes, aumentando gradualmente la dificultad de la tarea.



Principios de la Rehabilitación Neuropsicológica

En la literatura sobre procesos cognitivos, la atención, la memoria y la función ejecutiva generalmente se tratan por separado (Paúl, Bilbao & Ríos, 2011). Por el contrario, en el campo de la rehabilitación neuropsicológica, diversas razones justifican un abordaje conjunto del déficit en estos procesos. Los diferentes procesos cognitivos no pueden entenderse como entidades independientes, por el contrario, el sistema cognitivo humano se basa en la interrelación de diferentes procesos neuropsicológicos. De acuerdo con Paúl, Bilbao & Ríos (2011), estos afectan mutuamente el desarrollo y la rehabilitación, e incluso pueden compartir las estructuras neurales subyacentes.

También, existe una interdependencia entre las habilidades cognitivas y los trastornos emocionales y conductuales, variables que deben incluirse en cualquier diseño de rehabilitación (Paúl, Bilbao & Ríos, 2011). El tipo de estrategia o método a elegir vendrá determinado por el tipo de dificultades que presenta el paciente como por ejemplo, las capacidades preservadas y las exigencias del entorno. De acuerdo con Paúl, Bilbao & Ríos (2011), a veces es necesario probar el tratamiento y ver cómo reacciona la persona al método elegido.

La rehabilitación neuropsicológica debe ser personalizada y adaptarse a las características individuales del paciente (Paúl, Bilbao & Ríos, 2011). Para ello, se deben considerar varios factores, como los antecedentes médicos y psicológicos del paciente, su nivel de conciencia sobre el déficit, su capacidad para tomar la iniciativa y regular sus propias emociones y comportamientos, así como el tipo y la gravedad de los déficits cognitivos. Además, en correspondencia con Paúl, Bilbao & Ríos (2011),también es importante tener en cuenta las necesidades de la familia y las metas específicas que se quieren alcanzar con la rehabilitación.

Finalmente, de acuerdo con Paúl, Bilbao & Ríos (2011) y Carvalho (2017), un programa de rehabilitación debe tener en cuenta diferentes perspectivas y enfoques para abordar las necesidades específicas del paciente. Por ejemplo, un paciente con amnesia anterógrada y un déficit de la función ejecutiva puede necesitar un programa de apoyo externo, además de las intervenciones neuropsicológicas.



¿Qué se Rehabilita?

Rehabilitación de la Memoria

La memoria es un proceso cognitivo a través del cual se puede codificar, almacenar y recuperar información determinada (Lubrini, Periañez & Ríos, 2009). Esta es una de las habilidades básicas más importantes en la vida diaria (Castillero, s.f.), y al mismo tiempo, de acuerdo con Aso (s.f.), el deterioro de la memoria, es uno de los problemas más comunes con el que se encuentran los neuropsicólogos.

La memoria se compone de tres tipos de almacenamiento: la memoria sensorial, la memoria a corto plazo o memoria inmediata y la memoria a largo plazo o memoria remota, cada una de las cuales tiene características diferentes y reglas de funcionamiento específicas (Aso, s.f.; Ojeda, et al., 2010; Lubrini, Periañez & Ríos, 2009). La memoria a largo plazo es un "almacén" en el que se guardan recuerdos que se han ido acumulando a lo largo de la vida, la comprensión del mundo, las imágenes, los conceptos y las estrategias de acción (Aso, s.f.; Ojeda, et al., 2010; Lubrini, Periañez & Ríos, 2009). De acuerdo con Lubrini, Periañez & Ríos (2009), su capacidad de almacenamiento es ilimitada y la persistencia de la información también lo es.

La memoria inmediata o de corto plazo, se refiere a la capacidad para recordar información inmediatamente después de que aparece (Aso, s.f.; Ojeda, et al., 2010). El sistema de almacenamiento tiene una capacidad limitada y la persistencia de la información es de corta duración (Lubrini, Periañez & Ríos, 2009). De acuerdo con Lubrini, Periañez & Ríos (2009), es un almacén temporal de codificación rápida en el que se analiza, interpreta y organiza la información para su posterior almacenamiento en la memoria a largo plazo.

Por último, la memoria sensorial es un sistema que puede capturar una gran cantidad de información en un período de tiempo muy corto (Aso, s.f.; Ojeda, et al., 2010; Lubrini, Periañez & Ríos, 2009). De acuerdo con Lubrini, Periañez & Ríos (2009), la memoria sensorial está fuera del control voluntario del sujeto, y su función es automática y espontánea, es decir, sin mediación de la conciencia.

Rehabilitación de la Atención

De todos los procesos cognitivos que ocurren en el cerebro humano, quizás la atención sea uno de los que ocupa una posición más central (Lubrini, Periañez & Ríos, 2009). Cuando se habla de la atención, se suele referir al estado de alerta o vigilancia que posee una persona al realizar una determinada actividad (Aso, s.f.). Pero, la atención también puede implicar la capacidad de concentrarse, dividir o mantener el esfuerzo mental. Por tanto, la atención no es un proceso unificado, sino que se compone de múltiples factores como por ejemplo la dirección, la exploración, la concentración o la vigilancia. De conformidad con Aso (s.f.), el proceso atencional no solo está compuesto por estos elementos, sino que también tiene múltiples ubicaciones cerebrales que subyacen a estos procesos de atención.

Por otro lado, se proponen cinco componentes de la atención que se pueden rehabilitar (Ojeda, et al., 2010). De acuerdo con Lubrini, Periañez & Ríos (2009), la atención focal da respuesta básica a un estímulo determinado; la atención sostenida se refiere a la capacidad de mantener una respuesta constante durante un periodo de tiempo prolongado; la atención selectiva implica la capacidad para seleccionar la información relevante, inhibiendo así la atención a otros estímulos; la atención alternante es la capacidad de cambiar el enfoque entre tareas que implican diferentes requerimientos cognitivos, y controlar la información procesada en todo momento y la atención dividida se refiere a la capacidad para responder a dos tareas al mismo tiempo.

Rehabilitación de las Funciones Ejecutivas

El avance de la neurociencia en general y de la neuropsicología en particular, ha ido acompañado de un creciente interés por comprender los sustratos neuronales y las funciones de los procesos cognitivos más complejos (Lubrini, Periañez & Ríos, 2009). Una persona autónoma es una persona que tiene la capacidad de gobernarse a sí misma y de decidir por sí misma. Para lograr dicha autonomía, el individuo debe poder controlar y coordinar conscientemente sus pensamientos, acciones y emociones. De acuerdo con Lubrini, Periañez & Ríos (2009), las habilidades cognitivas que permiten al individuo modular las operaciones de varios subprocesos cognitivos y, por lo tanto, la dinámica de los aspectos más complejos de la cognición humana, se conocen como funciones ejecutivas.

El conjunto de funciones ejecutivas es uno de los aspectos en los que más rehabilitación neuropsicológica se realiza (Castillero, s.f.). Las funciones ejecutivas son un conjunto de habilidades cognitivas que permiten anticipar, planificar y fijar metas, hacer planes, iniciar actividades, entre otras cosas (Aso, s.f.; Ojeda, et al., 2010). Las deficiencias de este tipo de funciones dificultan que los pacientes tomen decisiones y realicen funciones en la vida diaria (Aso, s.f.), por tanto, de acuerdo con Ojeda, et al. (2010) deberían ser un objetivo fundamental de cualquier programa de rehabilitación cognitiva.

En el contexto clínico, de acuerdo con Aso (s.f.), el término de síndrome disejecutivo se acuña para definir los cambios cognitivos y conductuales propios de los déficits de las funciones ejecutivas, lo que implica la dificultad para concentrarse en completar una tarea y finalizarla sin un control ambiental externo, mostrar comportamientos rígidos, perseverantes y estereotipados, dificultades para establecer nuevas tablas de comportamiento, falta de capacidad para utilizar estrategias operativas, y falta de flexibilidad cognitiva.

Rehabilitación del Lenguaje

En los últimos años se ha producido un fuerte aumento del interés por el lenguaje y su patología (Lubrini, Periañez & Ríos, 2009). De acuerdo con Lubrini, Periañez & Ríos (2009), la complejidad de esta función requiere la participación de profesionales de diferentes campos para comprender mejor el proceso normal del lenguaje y su patología, así como para lograr técnicas adecuadas de evaluación y rehabilitación.

Rehabilitación Perceptiva

Por percepción se entiende la forma cómo se interpreta y se comprende la información captada por los sentidos (Lubrini, Periañez & Ríos, 2009). Todo lo que se puede percibir en el mundo y todo lo que se puede hacer en él, se hace a través de los órganos de los sentidos. Todo es inicialmente información sensorial y es el cerebro quien codifica el contenido captado por los órganos sensoriales (Lubrini, Periañez & Ríos, 2009). Es muy común que una lesión cerebral induzca cambios en la percepción, algún tipo de agnosia o una falta de reconocimiento de la estimulación (Castillero, s.f.). De conformidad con Castillero (s.f.), una evaluación neuropsicológica idónea y posteriormente una adecuada rehabilitación neuropsicológica pueden lograr mejoras significativas en la percepción de los pacientes.



Problemas a los que Suele Aplicarse

Daño Cerebral Adquirido

El daño cerebral adquirido se refiere a una lesión en el cerebro que afecta varios procesos cognitivos (Calderón et al., 2018). Las principales causas de lesión cerebral adquirida son: accidentes cerebrovasculares o ictus y traumatismos craneoencefálicos (Aso, s.f.). De acuerdo con Calderón et al. (2018), el daño cerebral adquirido provoca cambios cognitivos, conductuales, emocionales e incluso sociales tanto en el individuo como en el orden académico y profesional.

Cuando ocurre este tipo de lesión, se debe considerar su naturaleza, el grado, la ubicación, el tiempo transcurrido desde la lesión y las variables sociodemográficas, médicas y biológicas del paciente, ya que si se tienen en cuenta todos estos factores, la tasa de éxito de la intervención será mayor. Asimismo, hay que tener en cuenta que después de una lesión, existe una "ventana de oportunidad”, en la que los pacientes pueden beneficiarse en una mayor medida de la rehabilitación neuropsicológica, por lo esta que debe realizarse lo antes posible. En este punto, de acuerdo con Aso (s.f.), se necesita saber qué funciones han cambiado y cuáles no, para poder intervenir correctamente.

Traumatismos Craneoencefálicos.

Una causa muy común de daño cerebral es el traumatismo craneoencefálico, que a menudo es causado por accidentes de tráfico, caídas o incluso agresiones (Castillero, s.f.). El traumatismo craneoencefálico es una lesión cerebral adquirida causada por una fuerza mecánica que interfiere con el funcionamiento del cerebro, provocando una alteración en la conciencia, como por ejemplo somnolencia, confusión, estupor o un estado de coma (Vales, 2019). A su vez, este deterioro de la función cerebral no es causado por enfermedades neurodegenerativas, congénitas o del neurodesarrollo. Entre los sobrevivientes de traumatismo, un número significativo de ellos tiene consecuencias importantes que les impiden regresar a sus actividades previas o acceder o volver a ingresar a las actividades académicas, profesionales y sociales (Vales, 2019). De acuerdo con Castillero (s.f.), los síntomas y la disfunción dependen, en gran medida, de la ubicación y de la extensión de la lesión.

Accidentes Cerebrovasculares.

Los accidentes cerebrovasculares, ya sea en forma de isquemia o de hemorragia, son un problema importante que se ha convertido una de las principales causas de muerte en la población (Castillero, s.f.). En ellos se produce un bloqueo e interrupción del suministro de oxígeno a una parte del cerebro, lo que provoca la muerte de una gran cantidad de neuronas y, dependiendo de la zona en la que se produzca la muerte neuronal, genera déficits que pueden ser más o menos permanentes. De acuerdo con Castillero (s.f.), la rehabilitación neuropsicológica es de gran ayuda para restaurar o compensar las habilidades perdidas.

Deterioro Cognitivo

El deterioro cognitivo constituye una especie de "límite" entre la función cognitiva normal y la demencia (Díaz & Sosa, 2010). En ella, los sujetos muestran un deterioro cognitivo significativo, pero no lo suficiente como para dificultar su función (Díaz & Sosa, 2010). Si bien la demencia puede no ocurrir, de acuerdo con Castillero (s.f.), el deterioro cognitivo conduce a una disminución de algunas funciones que pueden aliviarse con rehabilitación o estimulación neuropsicológica.

Neurocirugía

En ocasiones puede ser necesario recurrir a la neurocirugía para resolver algún tipo de problema médico, como ocurre con la epilepsia o con un tumor cerebral (Castillero, s.f.). Estas intervenciones pueden salvar vidas o evitar problemas importantes que surgen de diferentes patologías. Sin embargo, de acuerdo con Castillero (s.f.), pueden causar dificultades y afectar otras funciones, lo que puede requerir una neurorrehabilitación para volver a la normalidad.

Demencias y Enfermedades Neurodegenerativas

A lo largo de los años, la detección temprana del síndrome demencial y la detección precoz del deterioro cognitivo en la demencia se han ido mejorando, por lo que se puede realizar un tratamiento anticipado, en ocasiones incluso desde estadios pre-demenciales de estos pacientes (Arroyo, Poveda & Chamorro, 2012). Actualmente, la clave para sospechar un síndrome demencial debe centrarse en evaluar si la adaptación del paciente a la vida laboral, social o familiar se ve afectada por el deterioro cognitivo (Arroyo, Poveda & Chamorro, 2012). Según Castillero (s.f.), algunas de las enfermedades neurodegenerativas más conocidas son la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson, la demencia frontotemporal o la Corea de Huntington.

Los síntomas de las personas con demencia no son solo cognitivos, sino también emocionales y conductuales, por lo que la rehabilitación debe incluir la modificación del comportamiento, las intervenciones familiares y la rehabilitación ocupacional o profesional (Aso, s.f.). En este caso, de acuerdo con Castillero (s.f.), la rehabilitación neuropsicológica no se centra en restaurar las funciones, sino en mantenerlas el mayor tiempo posible.

Epilepsia

La epilepsia es una enfermedad neurológica caracterizada por: al menos dos convulsiones no provocadas que ocurren con más de 24 horas de diferencia; una convulsión infundada y la posibilidad de un nuevo evento en los próximos 10 años, similar al riesgo general de recurrencia tras dos convulsiones infundadas (Carvajal & López, 2019). De acuerdo con Carvajal y López (2019), se trata de una enfermedad crónica que afecta entre 45 y 50 millones de personas en todo el mundo, de la misma forma, representa el 1% de la carga mundial de morbilidad.

Padecer ataques epilépticos puede provocar alteraciones y disminuciones en las funciones cognitivas y en el funcionamiento de la vida diaria (Castillero, s.f.). En algunos casos, de acuerdo con Castillero (s.f.), es posible que se requiera rehabilitación neuropsicológica. Para una optima rehabilitación, de acuerdo con Carvajal y López (2019), se deben considerar factores asociados como por ejemplo, la edad de inicio de la enfermedad, la frecuencia y el tipo de convulsión, la medicación, la comorbilidad psiquiátrica, la privación sociocultural, la lateralización del foco epileptogénico, la neuroplasticidad, el tipo de lesión, entre otros.

Envenenamiento o Efectos del Consumo Prolongado de Sustancias

Algunas sustancias también pueden causar daños cerebrales, como por ejemplo intoxicaciones por consumo de un elemento tóxico (Castillero, s.f.). De acuerdo con Castillero (s.f.), cuando ocurre tal daño, la rehabilitación neuropsicológica puede ser de gran ayuda al momento de restaurar la funcionalidad y algunas de las funciones que pudieron haber sido dañadas hasta cierto punto.



Bases Neurológicas

Durante siglos, desde el punto de vista funcional y anatómico, el sistema nervioso central ha sido considerado como una estructura inmutable e irreparable, así como un sistema cerrado y definitivo una vez que se completa el desarrollo embrionario (Lubrini, Periañez & Ríos, 2009). Actualmente, estos conceptos han cambiado y las nuevas ideas solo pueden entenderse a través de una adecuada comprensión del concepto de neuroplasticidad. Cuando se habla de plasticidad cerebral, se menciona la posibilidad de adaptación de la función del sistema nervioso central para minimizar el impacto de los cambios estructurales y funcionales. La plasticidad cerebral puede adaptarse a entornos cambiantes, incluidos entornos anormales y daños causados ​​por ataques al tejido cerebral. Según Lubrini, Periañez & Ríos (2009), esto se debe a la capacidad del sistema nervioso de cambiar debido a influencias endógenas y exógenas.

Hallazgos recientes apoyan la idea de que la recuperación observada en pacientes sometidos a rehabilitación neuropsicológica está relacionada con la reorganización de las redes cerebrales e incluso a la restauración de patrones de conectividad funcional (Paúl, Bilbao & Ríos, 2011). De acuerdo con Paúl, Bilbao & Ríos (2011), esta reorganización puede realizarse a través de diferentes mecanismos, que pueden incrementar, o reducir cuando sea necesario, el número y el valor de las interacciones que componen la red, e incluso reorganizar su topología.



Mecanismos y Estrategias de la Rehabilitación Neuropsicológica

En la bibliografía actual se puede encontrar el uso de diversos términos o conceptos para referirse a diferentes mecanismos utilizados en la rehabilitación neuropsicológica (Carvalho, 2017; Castillero, s.f.). Los mecanismos básicos de la rehabilitación neuropsicológica pueden ser diversos y pueden coexistir, es decir, se pueden combinar diferentes mecanismos al mismo tiempo (Carvalho, 2017; Castillero, s.f.). De acuerdo con Castillero (s.f.), se trata de diferentes formas de tratamiento, centrándose en restaurar la posibilidad de pérdida de la función.

Restauración

Este enfoque supone que los procesos cognitivos alterados se pueden restaurar mediante la estimulación (Ojeda, et al., 2010). Este mecanismo implica estimular y mejorar diferentes funciones cognitivas trabajando directamente sobre ellas (Carvalho, 2017; Paúl, Bilbao & Ríos, 2011; Paúl, Bilbao & Ríos, 2011; Lubrini, Periañez & Ríos, 2009). Específicamente, de acuerdo con Carvalho (2017), este método se utiliza cuando la pérdida es parcial y está limitada a un área, lo que resulta en una disminución de una o más funciones elementales.

Se caracterizan por intervenciones que restauran o mejoran los procesos cognitivos a través de ejercicios y tareas repetidas (Paúl, Bilbao & Ríos, 2011; Ojeda, et al., 2010; Lubrini, Periañez & Ríos, 2009). La premisa es entrenar a las redes neuronales involucradas en su ejecución, las cuales pueden promover el crecimiento axonal o la estimulación de vías (Paúl, Bilbao & Ríos, 2011). Para mejorar los resultados, se recomienda combinarlo con retroalimentación y refuerzo positivo (Paúl, Bilbao & Ríos, 2011; Lubrini, Periañez & Ríos, 2009). Sin embargo, de acuerdo con Castillero (s.f.), la restauración no siempre es posible, especialmente cuando se trata de daño cerebral.

Compensación

Con base en este enfoque, se parte del principio de que los mecanismos cerebrales y los procesos cognitivos difícilmente se pueden restaurar (Ojeda, et al., 2010). La compensación de los cambios cognitivos implica la reorganización de procesos, lo que fomenta que las capacidades preservadas sean responsables de minimizar los efectos de las funciones alteradas (Paúl, Bilbao & Ríos, 2011; Castillero, s.f.; Lubrini, Periañez & Ríos, 2009). En pocas palabras, de acuerdo con Castillero (s.f.) y Carvalho (2017), cuando no se pueda restaurar la función alterada, se promoverá el uso de las habilidades preservadas con el objetivo final de lograr una mayor autonomía funcional.

Las estrategias de compensación están diseñadas para permitir que los pacientes aprendan o vuelvan a aprender a realizar actividades significativas de la vida diaria (Lubrini, Periañez & Ríos, 2009). De esta manera, el paciente puede aprender a realizar estas actividades incluso si la función deteriorada no mejora particularmente (Lubrini, Periañez & Ríos, 2009). Por ejemplo, un estudiante que mostró innumerables alteraciones fue entrenado para quitar todos los objetos de la mesa que pudieran atraer su atención mientras estudiaba.

Sustitución

Se basa en el principio de que los procesos cognitivos no suelen eliminarse por completo, sino que reducen su eficacia, por lo que, es útil desarrollar otras estructuras o circuitos cerebrales no afectados para asegurar su funcionamiento (Ojeda, et al., 2010). La sustitución, en correspondecia con Paúl, Bilbao & Ríos (2011), se refiere a una nueva forma de abordar el déficit cuando las dos estrategias anteriores no son posibles.

En parte similar a la estrategia de compensación, este mecanismo se basa adquirir diferentes estrategias de aprendizaje, con el fin de minimizar las secuelas causadas por una lesión o un daño (Carvalho, 2017; Paúl, Bilbao & Ríos, 2011; Castillero, s.f.). Específicamente, de acuerdo con Castillero (s.f.) y Carvalho (2017), se maximiza el uso de habilidades alternativas que promueven la reorganización funcional a través de los sistemas intactos.



Trabajo Multidisciplinar

Las enfermedades persistentes, sean físicas, cognitivas, emocionales, sociales o psicológicas, son tan complejas que no pueden ser abordadas específicamente por ningún profesional, sino que requieren la participación conjunta y coordinada de equipos interdisciplinares (Ojeda, et al., 2010). El equipo multidisciplinario está compuesto por profesionales en neurología, neuropsicología, fisioterapia, terapia ocupacional, logopedia, psiquiatría, enfermería, medicina interna, medicina rehabilitadora y trabajo social (Paúl, Bilbao & Ríos, 2011; Castillero, s.f.). Por lo tanto, le acuerdo con Paúl, Bilbao & Ríos (2011), lo ideal es que los neuropsicólogos no trabajen solos, sino con varios profesionales.

El trabajo en equipo requiere compartir información, expectativas y metas (Paúl, Bilbao & Ríos, 2011). Todos los miembros deben comprender los diferentes aspectos de la patología que con la que se trabaja y deben mantener una actitud flexible hacia las funciones y asignaciones de roles de cada profesional. De acuerdo con Paúl, Bilbao & Ríos (2011), deben poner en practica los recursos y las habilidades sociales suficientes para alcanzar los objetivos del equipo y también promover la toma de decisiones por consenso.

Por último, la rehabilitación neuropsicológica implica no solo el trabajo y el esfuerzo de un equipo de tratamiento compuesto por el paciente y el rehabilitador, sino también por las familias, que brindan el apoyo necesario durante todo el proceso (Carvalho, 2017). En definitiva, de acuerdo con Carvalho (2017), la rehabilitación neuropsicológica no puede considerarse como un proceso aislado, sino como un proceso interactivo.



¿Por Qué es Necesaria la Rehabilitación Neuropsicológica?

Según el Instituto Nacional de Estadística, la media de los hombres hace unas décadas en era de 73 años, frente a las mujeres de 81 años y actualmente en 2018 la media ronda los 80 años para los hombres y 85 años para las mujeres (Cruz, 2021). Por esta razón, vivir más probablemente facilitará que se inflija cualquier tipo de daño o que surja algún tipo de enfermedad. Por otro lado, de acuerdo con Cruz (2021), el aumento del estrés, la vida laboral y muchos otros factores tienen un efecto negativo, como por ejemplo la diabetes, la presión arterial alta, entre otros.

En la mayoría de los casos de los pacientes con algún tipo de lesión cerebral, trastorno del neurodesarrollo, enfermedad neurodegenerativa, trastorno mental o discapacidad intelectual existe algún déficit a nivel cognitivo, motor, conductual y emocional que puede afectar el desempeño personal, académico y/o el desarrollo social. Por tanto, de acuerdo con Carvalho (2017), con este tipo de tratamiento, los neuropsicólogos pretenden crear nuevas estrategias de aprendizaje, mediante diferentes mecanismos, las cuales permitirán a los pacientes recobrar un mayor nivel de funcionalidad, reduciendo así los posibles defectos patológicos.



Referencias

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