Frecuentemente, se observa que las personas, desde niños hasta adultos, tienden a aislarse cuando experimentan la pérdida de un ser querido (Oslé, 2020). El duelo implica una serie de demandas tanto externas como internas, que incluyen atender a la tristeza que se experimenta, mantener ciertas rutinas, reorganizar el hogar, y mantener la concentración al realizar las tareas cotidianas. Estas demandas pueden ser percibidas como abrumadoras, lo que puede llevar a las personas que las experimentan a volverse introvertidas y a encerrarse en sí mismas. Cuando un individuo se enfrenta al duelo, se produce en su mente un fenómeno similar a una batalla en una fortaleza: a medida que las fuerzas contrarias superan a las propias, se retrocede hacia una muralla y luego a otra, hasta llegar a encerrarse en el último bastión, que sería la situación de aislamiento. Conforme con Oslé (2020), se trata de una reacción natural: cuando las situaciones superan a las personas, estas retroceden hasta llegar a un lugar donde se sienten seguras.
La Importancia del Entorno Social
Las redes sociales se presentan como un entorno donde las experiencias de éxito son comunes y donde los roles pueden ser diferentes a los que se tienen en casa (Oslé, 2020). Con sus amigos, el niño o el adolescente en duelo puede ser la persona que cuenta los chistes o hace las bromas, la que propone los planes, o la más organizada, entre otros. En ocasiones, se observa cómo algunos menores, generalmente preadolescentes y adolescentes, buscan refugio en la red social más que en su propia familia. Por ejemplo, a sus amigos les comparten cómo se sienten desde la pérdida, pero no lo hacen con su familia directa. Este comportamiento es normal y esperado, y generalmente indica que el menor está creciendo de manera adecuada. A partir de cierta edad, los niños son conscientes del peso que tiene la muerte de un ser querido en sus familiares, quienes pueden estar tristes, enfadados, cansados o desesperados. Por lo tanto, según Oslé (2020), consideran que no es conveniente añadir más leña a ese fuego.
El Papel de la Comunicación en el Duelo Infantil
Existen diversos estudios que destacan la importancia de la comunicación en el afrontamiento y en el ajuste después del duelo (Weber et al., 2019). Se ha reconocido ampliamente que la comunicación abierta es crucial para las familias que están de luto por la pérdida de un padre, ya que facilita tanto al cuidador sobreviviente como al hijo en su proceso de duelo y adaptación (Weber et al., 2019). La facilidad para comunicarse y expresar emociones en las familias favorece el duelo de los niños y adolescentes tras una pérdida afectiva (Lugo, 2021). Se enfatiza la necesidad de promover la comunicación y la expresión afectiva en las familias, así como los vínculos seguros y afectuosos. De acuerdo con Lugo (2021), estos factores contribuirán a proteger a los niños y adolescentes frente a los diferentes duelos que puedan experimentar en la vida, permitiéndoles transitarlos de manera saludable.
Si bien no se puede proteger a los niños y adolescentes de la muerte de un ser querido, la separación de la familia, las crisis sanitarias, los desastres naturales o cualquier otra catástrofe, sí se puede ayudarles a través de mecanismos de adaptación para enfrentar una nueva realidad en cualquier circunstancia (Lugo, 2021). Una familia saludable acompañará la expresión de emociones y utilizará sus vínculos afectuosos para ayudar a los niños en estos procesos dolorosos (Lugo, 2021). Cuando la comunicación entre padres e hijos es más abierta, las relaciones familiares tienden a ser más estrechas (Weber et al., 2019). Asimismo, la comunicación familiar, tanto verbal como no verbal, facilita el proceso de establecimiento y desarrollo de relaciones familiares que aumentan la confianza y la intimidad dentro de la familia. Por consiguiente, en correspondencia con Weber et al. (2019), la comunicación se considera una de las variables más fundamentales en el ajuste después de la pérdida de un ser querido.
Finalmente, es importante resaltar que para apoyar a los niños que están pasando por una situación de duelo debido a una pérdida familiar, es esencial que los adultos no oculten sus sentimientos, sino que los compartan con ellos (Lugo, 2021). De acuerdo con Lugo (2021), llorar juntos, incluirlos, escucharlos, cuidarlos y estar con ellos en estos procesos en familia es fundamental.
Parámetros
Existen parámetros específicos para identificar un proceso de duelo complicado y persistente en niños y adolescentes, incluyendo comportamientos desorganizados, disruptivos e inquietud, entre otros (Lugo, 2021). Si estos comportamientos persisten después de seis meses, es crucial considerarlo como una señal de alerta y buscar apoyo psicológico. Es esencial brindar apoyo a los niños que están sufriendo una pérdida, ya sea desde el papel de padre, madre, hermano, otro familiar, docente, psicólogo, personal de salud, entre otros. Según Lugo (2021), este apoyo facilitará su proceso de duelo, permitiéndoles regresar a un estado de equilibrio emocional y psicosocial, y continuar con un desarrollo saludable.
Los niños pueden experimentar diferentes tipos de pérdidas, no sólo la muerte de un ser querido, sino también la pérdida de un juguete, la transición de preescolar a primaria o de la infancia a la adolescencia, una mudanza por cambio de domicilio o de escuela, o la separación de los padres, entre otros (Lugo, 2021). Estas poblaciones también deben pasar por las fases del duelo, es decir, deben reconocer la realidad de la pérdida y procesar las emociones relacionadas con el hecho. Estas emociones pueden incluir tristeza, miedo, dolor, enfado, ansiedad, vergüenza o culpa, y a menudo predominan las emociones de valencia negativa. Por consiguiente, conforme con Lugo (2021), es fundamental generar espacios y encuentros donde los niños y adolescentes puedan ser escuchados, consolados y reconfortados.
Además, deben aprender a vivir en un mundo donde el ser querido ya no está, y a recolocar emocionalmente al fallecido y seguir viviendo sin olvidarlo (Lugo, 2021). Esto implica prepararse para convivir con su recuerdo y para estar en el presente. Es decir, se debe acompañar a los niños a comprender la muerte y la separación de acuerdo con su edad y con un lenguaje sencillo. Lo que más los afecta es el silencio y la exclusión, lo cual puede generarles sentimientos negativos como la culpa. Por ejemplo, pueden llegar a pensar que lo ocurrido sucedió por algo que ellos hicieron. Sin duda, habrá ocasiones en las que, ante la pérdida de un ser querido, algunas personas necesitarán atención psicológica. En el caso de los niños, según Lugo (2021), si se observan comportamientos que obstaculizan su desarrollo, decaimiento, disminución en su desempeño académico, daño en su autoestima, la existencia de autolesiones, culpa y enojo exacerbados, especialmente después de un periodo de seis meses de duelo, es indispensable recurrir a atención especializada.
La muerte y las pérdidas que conlleva son procesos naturales (Lugo, 2021). Se ha observado que gran parte de las familias generarán recursos o se fortalecerán incluso después de la adaptación a estas situaciones críticas. Gran parte de las personas se recuperarán de manera aceptable. Sin embargo, una persona que está pasando por un duelo no necesita una mente brillante que le hable, sino un corazón paciente que le escuche. En correspondencia con Lugo (2021), esto implica en la infancia un proceso de acompañamiento.
Referencias
Lugo, G. (2021, agosto 19). Afecto y Comunicación, Esenciales en el Duelo Infantil y Adolescente. Gaceta Universidad Nacional Autónoma de México. https://www.gaceta.unam.mx/afecto-y-comunicacion-esenciales-en-el-duelo-infantil-y-adolescente/
Oslé, D. (2020, febrero 20). El Duelo Infantil: La Importancia de la red Social del Niño Tras una Pérdida. Fundación Mario Losantos del Campo. https://www.fundacionmlc.org/el-duelo-infantil-la-importancia-de-la-red-social-del-nino-tras-una-perdida/
Weber, M., Alvariza, A., Kreicbergs, U., & Sveen, J. (2019). Communication in Families with Minor Children Following the Loss of a Parent to Cancer. European Journal of Oncology Nursing, 39, 41–46. https://doi.org/10.1016/j.ejon.2019.01.005
Siempre tan acertados estos artículos,y en un tema tan complicado como el duelo en los niños es muy importante contar con esta orientación,me gustó mucho esta frase "recolocar emocionalmente al fallecido y seguir viviendo sin olvidarlo"(Lugo,2021) ya que de alguna manera siguen viviendo en nuestros recuerdos.Excelente día. saludos.