En la narrativa de la historia de la filosofía, destaca la teoría del conocimiento de Aristóteles como uno de los elementos intelectuales fundamentales en la edificación de la cultura occidental (Torres, s.f.). Según Burgos et al. (2020), la visión de la teoría del conocimiento en el ámbito filosófico puede abordarse desde diversas perspectivas: como una reflexión sobre la conducta teórica, configurándose así como la teoría del conocimiento científico o la teoría de la ciencia; también puede interpretarse como una contemplación de la conducta práctica vinculada a los valores, adoptando entonces la forma de la teoría de los valores; y en tercer lugar, se puede concebir la filosofía como una teoría sobre la concepción del universo.
Siguiendo esta línea de pensamiento, la teoría de la ciencia se desglosa en dos ramas: la formal o lógica, y la material, también conocida como la teoría del conocimiento (Burgos et al., 2020). Por tanto, en correspondencia con Burgos et al. (2020), la teoría del conocimiento puede ser caracterizada como la teoría que aborda el pensamiento verdadero, en contraposición a la lógica, que se erige como la teoría del pensamiento correcto.
Sentidos Como Semilla del Saber
Aristóteles rechazó la existencia previa de las almas y del conocimiento innato (Abad, 2009). Su perspectiva sostiene que el conocimiento humano se asemeja a una página en blanco, desprovista de cualquier contenido cognitivo inherente (Abad, 2009). Para el filósofo, los sentidos son el punto inicial de todo conocimiento (Torres, s.f.). Por tanto, de acuerdo con Salgado (2012), la teoría aristotélica del conocimiento se conecta al empirismo, introduciendo la idea de que la percepción de lo sensible y lo particular marca el inicio del conocimiento.
En el enfoque de Aristóteles, la percepción se considera una función básica de la vida, comparable a la nutrición y la reproducción (Salgado, 2012). En consecuencia, el alma humana individual desempeña la crucial tarea de comprender de manera sensible la realidad que la rodea (Salgado, 2012). Esto implica que toda la información que desencadena la actividad intelectual está contenida en los datos sensoriales que llegan al cuerpo a través de los ojos, los oídos, el olfato, entre otros (Torres, s.f.). En este contexto, Burgos et al. (2020) señalan que el pensamiento aristotélico se distancia de la teoría de las ideas de Platón, ya que para este último, lo que rodea a las personas no puede ser conocido ni generar actividad intelectual significativa, dado que lo material es mutable y está en constante cambio.
Tejiendo Pensamientos
Para Aristóteles, el proceso de generación de conocimiento comienza con los estímulos sensoriales (Torres, s.f.). Sin embargo, hasta esta fase, este proceso es similar al que experimentan otras formas de vida animal; esta manera de conocer es sensible y no exclusiva de los seres humanos (Burgos et al., 2020). En este sentido, la cognición humana se inicia con la forma en que se procesan los datos sensoriales para deducir conclusiones más abstractas de lo percibido a través del oído, el tacto, el olfato o el gusto (Torres, s.f.). Primeramente, el sentido común agrupa las propiedades del objeto o identidad percibida para formar una representación mental, aprovechando la capacidad imaginativa de las personas (Burgos et al., 2020). Según Torres (s.f.), a pesar de que todo comienza con la impresión perceptiva, es fundamental que esta información atraviese una serie de procesos mentales.
Construyendo Conocimiento
Aristóteles reconoce que la realidad se compone de elementos en constante cambio; para él, el conocimiento implica la capacidad de discernir la naturaleza única de cada entidad (Torres, s.f.). Este proceso de identificación implica reconocer la causa eficiente, la formal, la material y la final (Burgos et al., 2020). Todas estas son potencialidades que para Aristóteles residen en la materia y que permiten comprender cada cosa y en qué se convertirá (Torres, s.f.). La combinación de imaginación y memoria no solo ayuda a retener imágenes de experiencias sensoriales, sino que también proporciona una base para comprender gradualmente las potencialidades, la naturaleza y los cambios de cada cosa (Burgos et al., 2020). Por ejemplo, en correspondencia con Torres (s.f.), esto permite saber que un árbol puede crecer a partir de una semilla y que partes del árbol son útiles para construir casas y barcos.
Así pues, se crean abstracciones a partir de las impresiones sensoriales (Burgos et al., 2020). En correspondencia con Torres (s.f.), no se conciben como reflejos de una realidad compuesta exclusivamente por ideas puras, como sostenía Platón, sino que son representaciones de cualidades contenidas en elementos materiales que componen la realidad física.
La Creación de Universales
Aristóteles sostiene que la ciencia aborda lo universal, es decir, de lo permanente (Castillo, 2009). Cuando se da forma a una idea, se genera simultáneamente un concepto universal de esa idea, abarcando no solo lo experimentado directamente, sino también elementos hipotéticos no experimentados y nuevos (Torres, s.f.). De esta manera, la creación de lo universal a partir de las impresiones se lleva a cabo a través de lo que Aristóteles denomina el entendimiento agente, mientras que el reconocimiento de lo universal en las nuevas formas de los estímulos sensoriales se realiza mediante el entendimiento paciente (Burgos et al., 2020). En pocas palabras, según Abad (2009), el entendimiento agente realiza la abstracción de las esencias, mientras que el entendimiento paciente las recibe.
Referencias
Abad, J. (2009). Historia de la Filosofía. Recuperado 30 June 2021, a partir de https://www.mheducation.es/bcv/guide/capitulo/8448166981.pdf
Burgos, R., et al. (2020). Aristóteles: creador de la filosofía de la ciencia y del método científico. Radoctores.es. Recuperado 1 July 2021, a partir de https://www.radoctores.es/doc/08-BURGOS%20et%20al._aristoteles.pdf
Castillo, G. (2009). LA UNIDAD DEL SABER: ARISTÓTELES Y LEONARDO POLO. Pirhua.udep.edu.pe. Recuperado 29 June 2021, a partir de https://pirhua.udep.edu.pe/bitstream/handle/11042/1655/Unidad_del_saber_Aristoteles_y_Polo.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Salgado, S. (2012). La Filosofía de Aristóteles. Guindo.pntic.mec.es. Recuperado 29 June 2021, a partir de http://guindo.pntic.mec.es/ssag0007/filosofica/aristoteles-duererias.pdf
Torres, A. La teoría del conocimiento de Aristóteles, en 4 claves. Psicologiaymente.com. Recuperado 7 April 2021, a partir de https://psicologiaymente.com/psicologia/teoria-conocimiento-aristoteles
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