La teoría de la tabula rasa de John Locke ha dejado una huella profunda en el campo de la psicología moderna, siendo considerada una de las teorías más influyentes en esta disciplina (Torres, 2017). Postuló que al nacer, la mente humana es como una "pizarra en blanco" o una "tabula rasa", sin ningún contenido preestablecido. En otras palabras, las personas no poseen ideas innatas ni conocimientos inherentes, sino que todo el saber se adquiere mediante la experiencia. Sin embargo, según Torres (2017), la teoría de la tabula rasa ha suscitado una serie de críticas y debates, lo que ha llevado a replantearse algunos de sus postulados.
La Tabula Rasa y la Construcción de la Identidad
La teoría de la tabula rasa, desarrollada por el filósofo John Locke, ha sido influenciada por las ideas de grandes pensadores como Aristóteles y Descartes (Uzgalis, 2022). En su célebre obra "Ensayo Sobre el Entendimiento Humano", postula que la mente humana es como una "pizarra en blanco” al nacer, y que todo el conocimiento es adquirido a través de la experiencia (Torres, 2017). Torres (2017) menciona que, de acuerdo con esta teoría, la mente se van formando a medida que las personas interactúan con el entorno, y es precisamente esa interacción la que moldea las percepciones, ideas y comportamientos a lo largo de la vida.
En la teoría del conocimiento de John Locke, la expresión "tabula rasa" se refiere al estado original de la conciencia humana, como un libro con páginas en blanco, esperando ser escritas no solo con una nueva historia, sino con una historia mejorada (Paredes, 2020). Locke discrepaba de las ideas de Descartes y Leibniz, quienes sostenían que los seres humanos poseen ideas o principios innatos. Paredes (2020) indica que, como defensor del empirismo, Locke argumentaba en contra de la existencia de conocimientos universales, afirmando que todos los individuos nacen con la mente como una tabula rasa, similar a un libro sin escribir.
Esta creencia ha llevado a muchas personas a considerar que, si todas las personas parten de una "pizarra en blanco", todas son iguales, lo que podría contribuir a la reducción de la discriminación, del prejuicio e incluso de la violencia (Torres, 2017). Además, según Torres (2017), esta teoría plantea la posibilidad de perfeccionar la especie, ya que si todos los individuos comienzan como una "pizarra en blanco", pueden moldear su futuro de manera más favorable.
El Papel de la Experiencia
La teoría de la tabula rasa, reconocida como una de las teorías más influyentes en el campo del desarrollo humano, postula que la experiencia desempeña un papel fundamental en la configuración de la mente y de la personalidad (Valenzuela, 2021). Cada persona es como una "pizarra en blanco" esperando ser llenada con la información que se obtiene a través de los sentidos. En este orden de ideas, según Valenzuela (2021), esta teoría ha desempeñado un papel crucial en la comprensión del proceso de desarrollo individual, el aprendizaje y la interacción con el entorno.
La noción de la tabula rasa se presenta como un punto de partida para la explicación posterior de Locke acerca de las ideas simples y complejas que conforman el conocimiento (Valenzuela, 2021). Cada experiencia que vive una persona deja una huella en la mente, una copia de aquello que captaron sus sentidos (Torres, 2017). A medida que transcurre el tiempo, las personas son capaces de discernir patrones y conexiones en esas copias almacenadas, lo que da lugar a la aparición de los conceptos y la formación de ideas más complejas. De este modo, Torres (2017) refiere que, Locke concebía al ser humano como una entidad que llega a la existencia sin ninguna preconcepción, permitiendo así el desarrollo y la construcción gradual del conocimiento a través de las experiencias.
Sin embargo, la influencia de la teoría de la tabula rasa no se limita únicamente al ámbito del desarrollo humano y del aprendizaje (Torres, 2017). Locke también aplicó esta concepción en el terreno de las ideas políticas y sociales, sosteniendo firmemente que todas las personas poseen derechos fundamentales. Torres (2017) resalta que, de acuerdo con esta perspectiva, la diversidad y variedad de conocimientos que las personas adquieren se reflejan en las diferentes culturas que existen en el mundo, siendo la experiencia y el entorno los elementos clave que moldean y definen las perspectivas y valores individuales y colectivos.
La Tabula Rasa en Cuestionamiento
A pesar de su influencia en la psicología, la teoría de la tabula rasa ha generado innumerables críticas y debates a lo largo de los años, suscitando interrogantes acerca de la complejidad de la formación de la identidad humana. Una de las críticas principales plantea que, más allá de la experiencia, existen aspectos inherentes y genéticos que desempeñan un papel fundamental en dicho proceso (Duque, 2014). Expertos de diversos campos argumentan que ciertos rasgos de la personalidad, tales como la inteligencia o la extroversión, poseen una base genética sólida y no pueden ser completamente atribuidos a la experiencia (Torres, 2017). Estos rasgos, hasta cierto punto, están preestablecidos desde el nacimiento, ejerciendo una influencia en la forma de ser y actuar de una persona.
Otro de los puntos que suscita cuestionamientos es su enfoque sobre la búsqueda de conocimiento (Torres, 2017). Aunque los bebés, en su aparente estado de ignorancia, parezcan carecer de información, investigaciones han demostrado que llegan al mundo con ciertas predisposiciones para asociar determinados tipos de información. Un ejemplo de esta capacidad innata se evidencia en su habilidad para reconocer objetos a través del tacto, incluso sin haberlos visto previamente. Esto sugiere que en sus mentes, los bebés son capaces de transformar la información visual en algo más que una simple copia literal original del objeto observado. Es decir, según Torres (2017), su percepción no se limita a una mera reproducción visual, sino que involucra procesos cognitivos más complejos.
Por otro lado, es importante destacar que el conocimiento no se compone únicamente de "copias" más o menos imperfectas de los acontecimientos pasados, ya que los recuerdos no son estáticos, sino que están en constante cambio e incluso pueden entremezclarse (Torres, 2017). Conforme con Torres (2017), este fenómeno ha sido demostrado por la psicóloga Elisabeth Loftus, quien ha evidenciado que la estabilidad de un recuerdo es algo raro y poco común, siendo más común que estos se vean modificados con el tiempo.
El Legado de la Tabula Rasa
La teoría de la tabula rasa, un concepto que ha trascendido a través de los años, continúa siendo relevante en el campo de la psicología contemporánea (Duque, 2014). De hecho, en correspondencia con Maden (2021), tanto el conductismo como el constructivismo han abordado y reinterpretado los fundamentos de la tabula rasa, otorgándoles un nuevo significado y aplicabilidad en este contexto.
El constructivismo, se fundamenta en la premisa de que el conocimiento se construye de manera activa a través de la experiencia y la interacción con el entorno (Duque, 2014). Según esta perspectiva teórica, los seres humanos no nacen con conocimientos innatos o predefinidos, sino que adquieren y desarrollan sus capacidades cognitivas y habilidades a medida que interactúan con el mundo que los rodea (Duque, 2014). En otras palabras, la mente humana se va moldeando y enriqueciendo a través de las experiencias vividas y las interacciones con el entorno, lo que da lugar a la construcción activa del conocimiento.
En contraste, el conductismo se centra en el estudio de los comportamientos observables y sostiene que el aprendizaje se produce mediante la asociación de estímulos y respuestas (Duque, 2014). Esta corriente teórica pone énfasis en la influencia del entorno y los estímulos externos en la adquisición de nuevos comportamientos y habilidades, sin hacer alusión a aspectos internos o inherentes a la naturaleza humana (Duque, 2014). Desde esta perspectiva, el individuo es visto como un sujeto en constante interacción con su entorno, aprendiendo y modificando su comportamiento a través de la asociación de estímulos y respuestas observables.
Finalmente, es importante destacar que la teoría de la tabula rasa sigue ejerciendo una profunda influencia en la comprensión de la adquisición del conocimiento, el aprendizaje y el desarrollo humano en la actualidad (Duque, 2014). Sus principios fundamentales han sentado las bases para la exploración de diversos campos de la psicología y han sido fuente de inspiración para múltiples investigaciones y teorías contemporáneas. Según Duque (2014), la idea de que la mente humana es moldeable y sus capacidades se desarrollan a través de la interacción con el entorno ha sido fundamental para comprender cómo los individuos adquieren y procesan la información, así como para diseñar estrategias de enseñanza y promover el desarrollo óptimo en diferentes etapas de la vida.
Referencias
Duque, J. (2014). Crítica a la Tesis de la “Tábula Rasa” y a la Negación de la Naturaleza Humana: Una Opinión. ResearchGate. Recuperado 20 de junio de 2023, de https://www.researchgate.net/publication/266390500_Critica_a_la_Tesis_de_la_Tabula_Rasa_y_a_la_Negacion_de_la_Naturaleza_Humana_Una_Opinion
Maden, J. (2021). John Locke’s Empiricism: Why We Are All Tabula Rasas (Blank Slates). Philosophy Break. Recuperado 20 de junio de 2023, de https://philosophybreak.com/articles/john-lockes-empiricism-why-we-are-all-tabula-rasas-blank-slates/
Paredes, F. P. (2020, 21 enero). John Locke en Tabula Rasa. Crónica. Recuperado 20 de junio de 2023, de https://cronica.com.ec/2020/12/31/john-locke-en-tabula-rasa/
Torres, A. (2017). La Teoría de la Tabula Rasa de John Locke. Psicología y Mente. Recuperado 20 de junio de 2023, de https://psicologiaymente.com/psicologia/teoria-tabula-rasa-john-locke
Uzgalis, W. (2022). John Locke. Stanford Encyclopedia of Philosophy. Recuperado 16 de junio de 2023, de https://plato.stanford.edu/entries/locke/
Valenzuela, M. (2021, 20 noviembre). Tabula Rasa. Psicologos en Línea. Recuperado 20 de junio de 2023, de https://psicologosenlinea.net/905-tabula-rasa.html
