Johann Gottfried von Herder (1744 - 1803) fue un pensador crucial para el desarrollo del Romanticismo alemán, aunque no vivió este movimiento en su plenitud (Montagud Rubio, 2021). Su filosofía marcó los primeros pasos hacia el Sturm und Drang, un movimiento que posteriormente se convertiría en la base del Romanticismo. A diferencia de los ideales universales de la Ilustración, Herder defendía la diversidad entre los pueblos y argumentaba que cada nación poseía un espíritu único, conocido como Volkgeist. Según Montagud Rubio (2021), esta idea resaltaba el carácter distintivo de cada cultura y subrayaba la importancia de sus raíces históricas y tradiciones.
Una de las características centrales de su pensamiento fue su valoración positiva de la Edad Media, la cual veía como la etapa fundacional de las naciones europeas (Montagud Rubio, 2021). Este enfoque lo llevó a exaltar tanto el individualismo como el sentimiento nacional, ideas que resonarían profundamente en el Romanticismo posterior. Además, en correspondencia con Montagud Rubio (2021), Herder tuvo contacto con figuras influyentes de su época, como Immanuel Kant (1724 - 1804) y Denis Diderot, y ejerció una notable influencia sobre Johann Wolfgang von Goethe, uno de los máximos representantes del movimiento romántico.
Biografía
Johann Gottfried von Herder nació el 25 de agosto del año 1744 en Mohrungen, una localidad de Prusia Oriental que hoy pertenece a Polonia (Montagud Rubio, 2021). Sus padres, Gottfried Herder y Anna Elizabeth Peltz, ofrecieron a sus seis hijos una educación religiosa en un entorno de recursos limitados. Durante su infancia, Johann desarrolló su conocimiento inicial con la ayuda de la Biblia de su padre y las lecciones que sus progenitores pudieron brindarle. Con el tiempo, de conformidad con Montagud Rubio (2021), logró asistir a la escuela local gracias a diversas ayudas que le permitieron continuar su formación académica.
A los 16 años, obtuvo alojamiento en el hogar del vicario Sebastian Trescho, donde trabajó como copista (Montagud Rubio, 2021). Esta oportunidad le abrió las puertas a una vasta biblioteca, que utilizó para aprender de manera autodidacta sobre teología y cultura. Aunque inicialmente planeaba estudiar medicina con el apoyo financiero del cirujano J.C. Schwarz - Erla, pronto descubrió que su verdadera vocación residía en la teología. En el año 1762, a los 17 años, ingresó en la Universidad de Königsberg, donde fue alumno de Immanuel Kant, una figura central de la filosofía crítica. Montagud Rubio (2021) menciona que, aunque más tarde discreparía con algunos aspectos del pensamiento kantiano, Herder también fue influenciado por Johann Georg Hamann, con quien compartió su rechazo al racionalismo ilustrado.
En el año 1764, se trasladó a Riga, donde fue ordenado pastor protestante y se desempeñó como maestro y predicador (Montagud Rubio, 2021). Durante este periodo publicó sus primeras obras, entre ellas “Fragmente Über die Neuere Deutsche Literatur” (“Fragmentos Acerca de la Literatura Alemana”). A los 20 años emprendió un viaje por Europa, experiencia que transformó su visión de la vida. En correspondencia con Montagud Rubio (2021), su obra “Journal Meiner Reise im Jahr 1769” (“Diario de mi Viaje de 1769”), reflejó este cambio al describir su ruptura con la seguridad académica para adentrarse en lo desconocido.
En Estrasburgo, conoció a Johann Wolfgang von Goethe, quien reconoció la influencia de Herder en sus observaciones sobre figuras literarias como Homero y Shakespeare (Montagud Rubio, 2021). En Francia, también tuvo contacto con los enciclopedistas y estudió las obras de Jean - Jacques Rousseau (1712 - 1778). Durante esta etapa, según Montagud Rubio (2021), Herder escribió “Kritische Wälder” (“Silvas Críticas”), un texto precursor del movimiento Sturm und Drang, que anticipaba el romanticismo al enfatizar el individualismo y los sentimientos.
En el año 1770, se trasladó a Hamburgo, donde conoció a Gotthold Ephraim Lessing, y posteriormente a Darmstadt, donde contrajo matrimonio con Maria Karoline Flachsland, con quien tuvo siete hijos (Montagud Rubio, 2021). Entre el año 1771 y el año 1776 residió en Bückeburg, donde publicó “Abhandlung Über den Ursprung der Sprache” (“Ensayo Sobre el Origen del Lenguaje”), obra que le valió un premio de la Academia de Berlín. En el año 1776, gracias a la influencia de Goethe, se estableció en Weimar como superintendente general y consejero del consistorio. Allí, conforme con Montagud Rubio (2021), Herder desarrolló una morfología general que buscaba comprender el contexto histórico detrás de cada obra literaria.
El método de Herder se distingue por su capacidad de reconocer las contradicciones y, al mismo tiempo, buscar una unidad superior, lo que le permite asegurar un lugar en la historia de la lógica dialéctica (Montagud Rubio, 2021). Fue durante este periodo cuando consolidó su transición al clasicismo (Irmscher, 2024). En ese mismo contexto, publicó un ensayo sobre la filosofía de la mente titulado "Del Conocimiento y del Sentir del Alma Humana" en el año 1778 (Montagud Rubio, 2021). Su interés por la historia, especialmente por la Edad Media, lo llevó a escribir entre el año 1778 y el año 1779 "Volkslieder Nebst Untermischten Anderen Stücken" (“Las Voces de los Pueblos en Cantos”), una obra en la que recopiló poemas de la Biblia, Homero, Ossian y otros autores históricos, además de incluir sus propios versos junto con los de Goethe y Matthias Claudius. Estos poemas, según Montagud Rubio (2021), que no siempre se alineaban con la corriente artística predominante, reflejaban influencias clásicas sobre Herder, más que ilustradas.
Weimar se convirtió en su hogar definitivo hasta su fallecimiento, salvo por una breve estancia en Italia entre los años en que escribió "Las Voces de los Pueblos en Cantos" (Montagud Rubio, 2021). Esta ciudad había emergido como el epicentro del clasicismo alemán, y gracias a su rol como predicador de la corte y miembro del consistorio, disfrutó de una vida tranquila y estable, a excepción de algunos desacuerdos filosóficos y la publicación de nuevas obras. Aunque sus últimos años transcurrieron de manera cómoda en Weimar, en el ámbito filosófico enfrentó situaciones tensas. Montagud Rubio (2021) menciona que, su apoyo a las ideas revolucionarias francesas lo llevó a enemistarse con varios de sus amigos y a distanciarse de Goethe.
Además, su crítica a la filosofía de Kant, su propio mentor, afectó su popularidad hacia el final de su vida, provocando su aislamiento del círculo social que antes lo había respaldado (Montagud Rubio, 2021). Sin embargo, a pesar de estos conflictos, su pensamiento, obra y filosofía tuvieron un impacto profundo en su tiempo, al punto que en el año 1802 el príncipe de Baviera le otorgó el título nobiliario de "von", convirtiéndolo oficialmente en Johann Gottfried von Herder, un reconocimiento que lo distinguió notablemente. De acuerdo con Montagud Rubio (2021), fallecería un año después, el 18 de diciembre de 1803, a los 59 años.
La Obra de Johann Gottfried Herder: Un Enfoque Filosófico y Lingüístico Único
Su obra de refleja de manera clara su personalidad y su enfoque intelectual (Montagud Rubio, 2021). En lugar de centrarse en un solo tema, se destaca por su capacidad para escribir con pasión sobre una amplia gama de disciplinas, como la teología, la filosofía, la literatura, la filología, la historia y la cultura alemana, fusionando todas estas áreas en sus textos. Este enfoque ha sido criticado por algunos de sus detractores, quienes consideran que sus escritos carecen de organización, tanto gramatical como emocional, y los perciben más como discursos casuales que como trabajos académicos (Montagud Rubio, 2021). Sin embargo, de acuerdo con Foster (2023), esta aparente desorganización es deliberada y tiene un propósito filosófico.
Herder tenía razones filosóficas profundas para emplear este estilo de escritura (Forster, 2023). En primer lugar, creía que este enfoque haría su obra más accesible y atractiva para el público, lo cual era fundamental para él, ya que consideraba que una de las tareas esenciales de la filosofía era lograr un impacto social significativo. En segundo lugar, Herder defendía la superioridad expresiva del habla sobre la escritura. Su tesis central en la filosofía de la mente sostiene que el pensamiento no debe ser separado de la voluntad o de las emociones; para él, los tipos de pensamiento que intentan excluir el afecto son inherentemente distorsionadores e inferiores. En este sentido, consideraba que la escritura académica tradicional, al ser fría y rígida, carecía de esta conexión emocional. Por el contrario, según Forster (2023), la expresión espontánea de la habla, o incluso la escritura que la imita, era más auténtica y genuina.
Finalmente, Herder se oponía a la rigidez léxica y gramatical del lenguaje, rechazando cualquier tipo de adherencia dogmática a los diccionarios o reglas gramaticales estrictas (Forster, 2023). Según su visión, este tipo de restricciones no solo limitaban la creatividad lingüística, sino también la capacidad del pensamiento para desarrollarse de manera libre y fluida. Para él, de conformidad con Forster (2023), el lenguaje no solo es una herramienta para la comunicación, sino que está íntimamente ligado al proceso de pensamiento, por lo que cualquier limitación externa al lenguaje restringía también la libertad y la inventiva en el propio pensamiento.
La Importancia de Herder en la Historia Cultural Alemana
Aunque su estilo de escritura no se caracteriza por ser el más intelectual, ello no resta valor a sus obras, que siguen siendo de gran relevancia (Montagud Rubio, 2021). Sus estudios se enfocaron en recuperar y valorar la historia y la cultura de Alemania, analizando el progreso de estos elementos a lo largo del tiempo y cómo los eventos históricos habían influido en el carácter y la situación de las naciones. Se le reconoce como uno de los principales precursores del concepto de "Volkgeist" o espíritu del pueblo, una idea que abarca los rasgos distintivos de cada nación. De acuerdo con Montagud Rubio (2021), este concepto ya se encontraba presente en obras previas al romanticismo alemán "oficial", justo en el período en que Herder desarrolló su obra.
La Visión de Herder sobre la Evolución Social y Cultural
Herder, al intentar prever la evolución social de su país, adoptó un enfoque singular al mirar el pasado en lugar del presente (Montagud Rubio, 2021). Su interés se centró en conocer y difundir el origen de las canciones populares de la Edad Media, un período que muchos consideraban oscuro, pero que él percibía como una época llena de luz y significado. En correspondencia con Montagud Rubio (2021), esta fue una época en la que las culturas europeas comenzaron a formarse, transmitiendo sus tradiciones y canciones de manera oral.
Por otro lado, la Ilustración, movimiento que se oponía a la visión medieval, sostenía que todos los seres humanos eran iguales, una idea que Herder rechazaba firmemente (Montagud Rubio, 2021). Para él, cada nación era única, con un espíritu propio, el "Volkgeist". Solo aquellos que habían estado expuestos a los elementos culturales, geográficos e históricos de su país podían entender verdaderamente a esa nación. Además, Herder se mostró en desacuerdo con la idea de que la Ilustración representara el máximo desarrollo cultural de la humanidad. Este movimiento proclamaba que la humanidad había alcanzado su punto culminante, algo que Herder consideraba falso. Montagud Rubio (2021) menciona que, según él, en épocas pasadas existieron figuras mucho más brillantes, y la Edad Media, lejos de ser una etapa de oscuridad, representó un periodo de gran esplendor filosófico en varios aspectos.
Herder y su Enfoque Filosófico Sobre la Mente y la Sensación
En su obra "On the Cognition and Sensation" (1778) y otros textos, presenta una postura influyente dentro de la filosofía de la mente, abordando de manera crítica el problema mente - cuerpo (Forster, 2023). A lo largo de su carrera, explora diversas soluciones a esta cuestión, pero la que finalmente adopta es decididamente naturalista y antidualista. En este sentido, conforme con Forster (2023), su propuesta rechaza la tradicional división entre lo mental y lo físico, sugiriendo que las mentes y sus condiciones mentales consisten en fuerzas (Kräfte) que se reflejan en el comportamiento corporal, tal como las fuerzas físicas se manifiestan en los cuerpos.
Aunque mantiene una postura agnóstica sobre la naturaleza de estas fuerzas, su teoría tiene virtudes significativas (Forster, 2023). Por un lado, vincula conceptualmente los estados mentales con comportamientos corporales específicos, lo que parece acertado, como se evidencia en el deseo de comer una manzana, que no solo está condicionado, sino conceptualmente relacionado con el acto de comerla. Este enfoque tiene ventajas tanto sobre las teorías dualistas como sobre las teorías de identidad mente - cerebro. Por otro lado, evita reducir los estados mentales al comportamiento corporal, lo cual es igualmente importante, dado que existen estados mentales que no se reflejan en conductas visibles, como los pensamientos simbólicos. Según Forster (2023), su agnosticismo respecto a la naturaleza de la fuerza mental se interpreta no como una debilidad, sino como un reconocimiento de que, aunque los conceptos de mente implican una fuente real de comportamiento, no hacen suposiciones sobre la constitución de dicha fuente.
Un aspecto clave de la propuesta de Herder es su explicación de la mente mediante el fenómeno de la irritación (Reiz), que había sido identificado recientemente por el fisiólogo Albrecht von Haller (Forster, 2023). Este fenómeno, ejemplificado por las fibras musculares que se contraen en respuesta a estímulos físicos, tiene una implicación más allá de lo fisiológico, pues también puede exhibir características mentales. Aunque Herder en principio resiste el reduccionismo fisicalista, en ciertos borradores y versiones de "On the Cognition and Sensation", adopta una postura que podría parecer fisiológica. Forster (2023) menciona que, desde una perspectiva moderna, esto resulta valioso, aunque los avances actuales sugieren que deberíamos reinterpretarlo en términos de procesos fisiológicos más complejos.
Además de su reflexión sobre las fuerzas y la irritación, Herder presenta la mente como una unidad indivisible, rechazando la idea de una división aguda entre sus facultades (Forster, 2023). Esta postura contrasta con las teorías de pensadores como Sulzer y Kant. Sin embargo, la originalidad de Herder radica en rechazar la reducción de la sensación y la voluntad a la cognición y en sostener que la unidad de la mente debe ser entendida de manera empírica, en lugar de apriorística. Conforme con Forster (2023), Herder argumenta que, aunque la mente tiene una estructura unificada, los intentos humanos de separar las facultades conducen a malfuncionamientos que deben evitarse.
La unidad de la mente de Herder se concreta en cuatro doctrinas específicas (Forster, 2023). La primera doctrina aborda la relación entre el pensamiento y el lenguaje. Sostiene que el lenguaje no solo expresa el pensamiento, sino que también limita el pensamiento, especialmente en el caso de los niños, cuya cognición se desarrolla junto con su adquisición del lenguaje. La segunda doctrina trata sobre la interdependencia entre cognición y voluntad. En correspondencia con Forster (2023), Herder argumenta que, aunque la voluntad depende de la cognición, también sucede lo contrario: la cognición depende de la voluntad y los afectos, lo que resalta la conexión intrínseca entre los procesos intelectuales y emocionales.
Una tercera doctrina se refiere a la relación entre el pensamiento y la sensación (Forster, 2023). Herder propone que tanto los conceptos como las creencias dependen de las sensaciones, pero también que el carácter de las sensaciones depende de los conceptos y creencias. De manera normativa, denuncia los intentos de los metafísicos de desvincular el pensamiento de la base empírica de las sensaciones, lo que considera causa de malfuncionamientos intelectuales. Finalmente, la cuarta doctrina se refiere a la unidad de las facultades de la sensación. De acuerdo con Forster (2023), Herder postula que la naturaleza humana implica una fusión primordial de la percepción con las sensaciones afectivas, aunque los seres humanos tienen la capacidad de suspender esta fusión.
Referencias
Forster, M. (2023). Johann Gottfried von Herder. In E. N. Zalta & U. Nodelman (Eds.), The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Winter 2023). Metaphysics Research Lab, Stanford University. https://plato.stanford.edu/archives/win2023/entries/herder/
Montagud Rubio, N. (2021, January 19). Johann Gottfried Herder: biografía de este filósofo alemán. Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/biografias/johann-gottfried-herder
Irmscher, H. D. (2024). Johann Gottfried von Herder. In Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/biography/Johann-Gottfried-von-Herder
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