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Jean - Jacques Rousseau (1712 - 1778)

Jean - Jacques Rousseau se destacó como uno de los pensadores más influyentes durante la Ilustración en la Europa del siglo XVIII, logrando reconocimiento con su primera obra filosófica significativa, "Un Discurso Sobre las Ciencias y las Artes", que fue la ganadora de un concurso de ensayos organizado por la Academia de Dijon en el año 1750 (Delaney, s.f.). En este texto, sostenía que el avance de las ciencias y las artes había conducido a la corrupción de la virtud y la moral, lo cual le otorgó fama y reconocimiento, sentando las bases para su posterior obra, "El Discurso Sobre el Origen de la Desigualdad". Aunque este segundo discurso no obtuvo el premio de la Academia, fue ampliamente leído y consolidó aún más su posición como una figura intelectual destacada. En esta obra, según Delaney (s.f.), afirmaba que los seres humanos son intrínsecamente buenos por naturaleza, pero que habían sido corrompidos por los eventos históricos que dieron lugar a la sociedad civil contemporánea.

El elogio de Rousseau hacia la naturaleza es un tema recurrente en sus escritos posteriores, entre los que se destacan su obra sobre la filosofía de la educación, "El Emilio", y su principal trabajo sobre filosofía política, "El Contrato Social", ambas publicadas en el año 1762 (Delaney, s.f.). Estas obras generaron una gran controversia en Francia y fueron inmediatamente prohibidas por las autoridades de París, lo que lo llevó a huir de Francia y establecerse en Suiza, donde continuó enfrentando dificultades con las autoridades y mantuvo conflictos con amigos. En correspondencia con Delaney (s.f.), sus últimos años estuvieron marcados por un sentimiento de paranoia y por sus constantes esfuerzos por justificar su vida y su obra, lo cual se reflejó de manera notable en sus escritos posteriores, como "Las Confesiones", "Las Ensoñaciones del Paseante Solitario" y "Rousseau: Juez de Jean - Jacques”.



Biografía

Jean - Jacques Rousseau (1712 - 1778) nació el 28 de junio del año 1712 en Ginebra, Suiza (Cartwright, 2023). Su padre, quien era relojero, fue exiliado debido a su implicación en un duelo, mientras que su madre falleció pocos días después del su nacimiento. Tras la muerte de su madre, fue cuidado por una tía y un primo, y posteriormente fue acogido temporalmente por un pastor llamado Lambercier. A excepción de algunas enseñanzas sobre los principios de la fe católica, no recibió educación formal. Desde el año 1724, trabajó como aprendiz de un empleado antes de pasar a trabajar con un grabador. En el año 1728, en correspondencia con Cartwright (2023), dejó su aprendizaje en Ginebra y comenzó a ganarse la vida realizando trabajos ocasionales, lo que lo llevó a Turín, donde se convirtió al catolicismo.

Su suerte cambió en el año 1731 cuando consiguió empleo con Louise Eléonore de Warens, con quien ya había tenido un primer encuentro en el año 1728 (Cartwright, 2023). Durante su tiempo con Warens, trabajó como empleado y enseñó música, lo que le permitió disponer de tiempo suficiente para leer y compensar la educación que hasta entonces había sido descuidada. En el año 1740, se mudó a la casa del abad de Mably en Lyon, donde volvió a enseñar música. En el año 1742, se trasladó a París, donde continuó su interés por la música, publicando un folleto sobre notación musical y presentando sus teorías musicales a la Academia de Ciencias. Conforme con Cartwright (2023), logró un puesto como secretario del embajador francés en Venecia, cargo que ocupó entre el año 1742 y el año 1743, pero fue despedido por mala conducta, lo que evidenció su difícil carácter, que se hizo más evidente con el tiempo.

De regreso en París, comenzó a cultivar conexiones sociales y obtuvo empleo trabajando para el financiero Dupin, lo que le permitió residir en el Château de Chenonceau (Cartwright, 2023). Entre sus asociados se encontraba Denis Diderot, editor de la Enciclopedia en la que Rousseau contribuyó con varios ensayos sobre música y economía política. Según Cartwright (2023), durante una visita a Diderot en el año 1749, mientras estaba confinado en el Château de Vincennes por acusaciones de ateísmo, experimentó lo que describió como un momento de iluminación, un evento que lo llevó a un reconocimiento más amplio.

El Primer Discurso, conocido como "Discursos sobre las Ciencias y las Artes", presentó una argumentación contraria a lo que la Academia de Dijon anticipaba con su pregunta "¿Ha tendido la restauración de las ciencias y las artes a purificar la moral?", una interrogante que, sin duda, la Academia esperaba que inspirara a los solicitantes a exaltar los beneficios de una mayor cultura e iluminación (Cartwright, 2023). Sostuvo que, si bien las artes y las ciencias pueden ser buenas en sí mismas, solo alcanzan su máximo esplendor en sociedades desarrolladas. Sin embargo, el principal inconveniente de las sociedades desarrolladas es que suelen estar acompañadas de diversas formas de injusticia e inequidad. Por tanto, argumentó que el precio moral de permitir que las artes y las ciencias prosperen en tales sociedades resultaba demasiado elevado. De acuerdo con Cartwright (2023), esta perspectiva negativa del progreso contradecía la opinión mayoritaria sostenida por la mayoría de los pensadores ilustrados.

Posteriormente, tomó un rumbo más ligero al escribir la ópera "Le Devin du Village" en el año 1752 (Cartwright, 2023). Esta ópera alcanzó tal popularidad que el rey francés le ofreció a Rousseau un puesto en su corte, aunque el escritor no tuvo éxito en la entrevista. En cualquier caso, de conformidad con Cartwright (2023), su verdadera pasión era la filosofía.

Escribió su Segundo Discurso, conocido como "Un Discurso Sobre el Origen y la Fundación de la Desigualdad Entre la Humanidad", en el año 1755 (Cartwright, 2023). Este trabajo se considera una pieza clave de la Ilustración y la base de la crítica social moderna. Al igual que en el Primer Discurso, escribió esta obra como respuesta a una pregunta planteada por la Academia de Dijon, que en esta ocasión fue: "¿Cuál es el origen de la desigualdad entre los hombres y está autorizada por la ley natural?” Entre las respuestas de Rousseau, se encuentra la célebre frase: "El hombre que primero tuvo la idea de encerrar un campo y decir "esto es mío", y que encontró a personas lo suficientemente ingenuas para creerle, fue el verdadero fundador de la sociedad civil". Según Cartwright (2023), el ensayo obtuvo el segundo premio cuando subvirtió el propósito de la competencia al denunciar por completo la desigualdad en la sociedad.

Rousseau inicia su exposición describiendo su visión de los humanos antes de la existencia de la sociedad, retrocediendo incluso a los simios humanoides, lo que sugiere de manera indirecta una teoría de la evolución (Cartwright, 2023). Además, sugiere que los humanos en su estado natural son seres libres e iguales, poseyendo dos instintos fundamentales: un sentido de autopreservación y una compasión innata por los demás. En su juicio, el desarrollo de la sociedad, junto con su creciente sofisticación, conduce a una disminución de la moralidad. Explica que, dado el abuso perpetrado por los ricos y poderosos, muchas personas estarían en una situación mejor si la humanidad no hubiera avanzado hacia sociedades tan sofisticadas. En consecuencia, de conformidad con Cartwright (2023), Rousseau afirmó que los humanos civilizados son infelices, egoístas y carecen de libertad.

Madame Warens, quien fue su antigua empleadora, había sufrido las consecuencias de un matrimonio arreglado sin éxito, lo que la convirtió en una figura que le cautivó desde el primer momento en que la vio (Cartwright, 2023). Con el tiempo, la relación entre ambos evolucionó hasta convertirse en amantes; sin embargo, finalmente se separaron cuando Rousseau progresó en su vida personal y profesional. Lamentablemente, Madame Warens falleció en la pobreza, lo que marcó un triste final para una mujer que alguna vez había sido tan importante en la vida del filósofo. Posteriormente, según Cartwright (2023), encontró otro interés amoroso en el año 1756, una vecina llamada Sophie d'Houdetot, quien lo inspiró a escribir la novela "Julie".

A partir de ese mismo año, optó por vivir en una relativa reclusión en la finca de Madame d'Épinay, una mujer que simpatizaba con varios filósofos de habla francesa (Cartwright, 2023). La residencia en la que vivió, la cual era modesta, fue llamada de manera apropiada "El Hermitage”. Más adelante, se trasladó a Montmorency, al norte de París. Una vez allí, en correspondencia con Cartwright (2023), se dedicó a escribir con mayor frecuencia, produciendo así la novela romántica más vendida, "Julie, ou La Nouvelle Héloïse" (1761), el tratado sobre educación titulado "Émile" (1762), en el que incluyó ideas influyentes como liberar a los bebés de ropa peligrosamente restrictiva y abogar por la lactancia materna, y finalmente, su trabajo más celebrado y de mayor influencia sobre filosofía política, "El Contrato Social" (1762).

Thérèse Le Levasseur, una humilde sirvienta que conoció en París, se convirtió en su esposa en el año 1768 (Cartwright, 2023). La pareja tuvo cinco hijos, pero Rousseau insistió en que todos fueran enviados a un orfanato parisino. Levasseur se opuso firmemente a esta decisión, lo cual era completamente comprensible, ya que la tasa de mortalidad infantil en ese orfanato era del 70%. Rousseau, quien había escrito un tratado sobre la mejor manera de cuidar a los niños en su obra "Émile", no siguió ninguno de los consejos que él mismo había presentado. Conforme con Cartwright (2023), estos y otros detalles negativos sobre la vida personal de Rousseau fueron revelados por su compañero filósofo Voltaire, quien lo atacó públicamente como una forma de venganza por los ataques literarios que Rousseau había lanzado contra el teatro.

En su obra "El Contrato Social", ofrece una solución a los problemas sociales que había descrito previamente en su "Segundo Discurso" (Cartwright, 2023). Al darse cuenta de que la igualdad absoluta era imposible, propuso limitar los excesos de la desigualdad. Por ejemplo, en su sociedad ideal, ninguna persona debería verse obligada a venderse a sí misma, y ninguna persona rica debería poder comprar a otra. Para Rousseau, la igualdad era especialmente importante en la creación de un contrato social entre ciudadanos, pero no entre ciudadanos y gobernantes. En su opinión, las personas debían reunirse en una comunidad basada en el consentimiento, con el objetivo de que dicha sociedad trabajara por el bien común. De acuerdo con Cartwright (2023), esta posición difiere de la de muchos otros pensadores liberales de la Ilustración, quienes enfatizaban que las personas solo actuaban en función de su propio interés.

Reconocía la necesidad de un sistema de leyes y un gobierno fuerte para guiar la voluntad general de las personas cuando esta pudiera desviarse inadvertidamente y para proteger la propiedad, la cual consideraba una desafortunada creación de la sociedad (Cartwright, 2023). Según Rousseau, la voluntad general era un compromiso en el que los individuos sacrificaban la libertad completa para lograr una restricción a la libertad para evitar una situación de falta total de libertad. Sea cual sea la voluntad general que resultara, esa sería la correcta. Afirmó que el soberano, por el mero hecho de existir, es siempre lo que debería ser. De hecho, en correspondencia con Cartwright (2023), tenía dudas sobre cuál era el mejor tipo de sistema político, si una monarquía o una democracia representativa (elitista), pero en cualquiera de los dos escenarios, consideraba que era necesario alentar a los ciudadanos, a través de la educación, a adoptar un enfoque menos egoísta en la vida comunitaria.

Sin embargo, no fue su filosofía política, sino el tratado sobre educación, "Émile", lo que lo metió en serios problemas con el establishment francés (Cartwright, 2023). Considerando sus puntos de vista de que la religión era un asunto personal que consistía en una luz interior peligrosa para el catolicismo, la Iglesia influyó en el Parlamento de París (un tribunal de justicia) para que lo arrestaran y prohibieran su libro. Rousseau, al enterarse de esta situación, decidió irse a Suiza. A pesar de ello, conforme con Cartwright (2023), "Émile" se convirtió en un éxito de ventas.

Aunque en el siglo XVIII la discusión en torno a Rousseau se centraba en sus opiniones sobre la fe, otros aspectos del tratado, en particular sus puntos de vista en gran medida negativos sobre las mujeres y sus capacidades en comparación con los hombres, le han valido al autor críticas igualmente decididas en los siglos posteriores (Cartwright, 2023). Su exilio forzado no ayudó a la ya alta sensibilidad que tenía; algunos historiadores han afirmado que tenía un complejo de persecución. En el año 1766, se trasladó a Inglaterra. Cartwright (2023) menciona que, a pesar de un enfrentamiento público con su compañero filósofo David Hume, la reputación de Rousseau en Inglaterra era elevada, y el propio Jorge III de Gran Bretaña le ofreció una pensión.

Durante su tiempo en el extranjero, dedicó su tiempo a considerar una aplicación más práctica de sus pensamientos sobre la filosofía política, lo que lo llevó a escribir obras como "Un Proyecto Constitucional Para Córcega" y "Consideraciones Sobre el Gobierno de Polonia" (Cartwright, 2023). Varios síntomas de paranoia comenzaron a manifestarse, lo que lo llevó a regresar a Francia de incógnito en el año 1770 (Cartwright, 2023; Cranston & Duignan, 2024). Su delicado estado psicológico quizás explique su preocupación en sus últimos años por evaluarse a sí mismo y a su trabajo de vida (Cartwright, 2023). Durante este período,conforme con Cartwright (2023), escribió "Confesiones" en el año 1770, "Juez de Rousseau de Jean - Jacques" en el año 1776, y "Sueños del Caminante Solitario", que quedó sin terminar.

Pasó sus últimos años en París antes de mudarse hacia el norte a Ermenonville en mayo del año 1778 (Cartwright, 2023). Jean - Jacques Rousseau falleció el 2 de julio del año 1778 (Cartwright, 2023). La civilización que tanto detestaba y a la que había dedicado su vida a combatir, parecía haber aniquilado a quien había expuesto su injusticia y corrupción (Sala, 2021). Sin embargo, en realidad, seguía siendo un pensador político de referencia, y sus escritos inspirarían la revolución que, una década más tarde, certificaría la muerte del régimen que había intentado acabar con él y con su reputación. En un giro del destino, conforme con Sala (2021), sus restos, trasladados en el año 1794 a la cripta del Panteón de hombres ilustres de París, descansan junto a los de su enconado enemigo, Voltaire.



La Teoría del Buen Salvaje

Se entiende que la política es la gestión tanto de la autoridad como de la fuerza, un concepto en el cual Rousseau, al igual que otros filósofos políticos de su tiempo, centró su atención (Torres, 2017). En este contexto, otorgó una gran relevancia al concepto de "contrato social". Dicho contrato social representa un acuerdo hipotético entre los ciudadanos y aquellos que ostentan el poder, un acuerdo que hace posible la existencia de los Estados y la estabilidad de su estructura. Por tanto, según Torres (2017), para Rousseau, tanto la existencia del Estado como de la política implican que ciertas personas tienen la capacidad de obligar a las demás a comportarse de determinada manera, supuestamente por el bien de la mayoría.

La propiedad privada, según Rousseau, es una fuente de violencia (Torres, 2017). La existencia de la propiedad privada obliga al Estado a crear mecanismos destinados a protegerla, y dado que esta protección es uno de los pilares fundamentales de la sociedad, la creación de leyes se realiza desde la perspectiva de aquellos que poseen mayores propiedades, es decir, los ricos. Conforme con Torres (2017), esta situación provoca que los intereses de una minoría, la de los más acaudalados, prevalezcan sobre los de la mayoría, aquellos que poseen menos propiedades.

En la visión de Rousseau, los ciudadanos solo adquieren existencia en la medida en que poseen propiedad privada (Torres, 2017). Esta dinámica genera una violencia sistémica en la sociedad, puesto que resulta complicado discernir qué acciones se toman en beneficio de la mayoría y cuáles no, por un lado, y por otro, no es posible exigir responsabilidades por todas las acciones del Estado, lo que genera corrupción e injusticias. Estas injusticias no solamente provienen de las autoridades hacia los civiles, sino que la existencia de carencias económicas y democráticas provoca un efecto en cadena que fomenta la violencia entre los ciudadanos. Por lo tanto, de acuerdo con Torres (2017) para que la civilización y los Estados existan, es necesario que también exista cierto grado de injusticia y violencia, debido a la descompensación entre aquellos que dominan y los que son dominados, quienes no pueden aprovechar los mecanismos de opresión que la sociedad ofrece desde antes de nacer.

Las leyes, según esta perspectiva, crean dinámicas de relación entre personas que son inherentemente injustas (Torres, 2017). Concluye que el ser humano nace libre, pero vive encadenado. Desde su punto de vista, las personas llegan al mundo con una predisposición natural hacia el comportamiento moralmente bueno, sin embargo, la sociedad las corrompe para forzarlas a participar en su juego. Conforme con Torres (2017), es importante destacar que el concepto de "buen salvaje" no se refiere a un tipo de ser humano que haya existido necesariamente en algún momento remoto de la historia, ni define con precisión el comportamiento tribal; más bien, es un supuesto hipotético que ayuda a entender la naturaleza del Estado, y no a describir cómo se vivía anteriormente.





Voltaire, un Enemigo Frontal

El filósofo François - Marie Arouet (1694 - 1778) fue un crítico destacado de Rousseau; sin embargo, es importante considerar otras ideas filosóficas predominantes para obtener una visión más completa (Farias, 2023). Respecto al concepto del estado de naturaleza, Thomas Hobbes reflexionó que cada individuo persigue sus propios intereses y que el estado natural es una guerra de todos contra todos. En correspondencia con Farias (2023), Rousseau contrasta con esta visión al argumentar que el ser humano es inherentemente bueno y compasivo, sosteniendo que es la sociedad la que genera desigualdades e injusticias.

Además de comprender estas ideas, es trascendental tener presente que, durante el siglo XVIII, solamente las familias acomodadas podían contar con nodrizas en sus hogares (Farias, 2023). Por lo general, los niños eran amamantados por mujeres ajenas a sus madres, lo que provocaba que muchos niños murieran a poco de nacer debido a enfermedades adquiridas a través de la lactancia. Aquellos que sobrevivían desarrollaban un fuerte apego con las nodrizas, considerando la lactancia como un trabajo; por consiguiente, la separación de la nodriza resultaba traumática. Farias (2023) menciona que, gracias a las ideas filosóficas de Rousseau, este panorama cambió y la lactancia dejó de verse como un trabajo para transformarse en una función biológica inherente a la madre, reforzando así los lazos de amor.

No obstante, Rousseau, quien contribuyó a la pedagogía infantil, cometió un error notable (Farias, 2023). A los 33 años, comenzó una relación con una costurera, con quien tuvo cinco hijos. Estos hijos fueron entregados a un orfanato por decisión de Rousseau y la mujer, quien, a pesar de su dolor, accedió a esta decisión. Tras la publicación de su obra "Emilio", o "De la Educación", Voltaire reveló el hecho de que Rousseau había entregado a sus propios hijos, a pesar de ser un defensor de la lactancia y de la idealización de la maternidad. Rousseau intentó defenderse y explicar sus motivos, pero el incidente quedó registrado en la historia. Además, Rousseau no promovió la autonomía de la mujer; en cambio, expuso que su única función era alimentar a los hijos, mientras que el padre debía transmitir los valores y principios. Según Farias (2023), esta idealización de la maternidad también tuvo consecuencias negativas, relegando a la mujer a un papel secundario en la vida política, ya que su único deber era dedicarse a su rol de madre ideal.



Referencias

  1. Cartwright, M. (2023). Jean-Jacques Rousseau. En World History Encyclopedia. https://www.worldhistory.org/Jean-Jacques_Rousseau/

  2. Cranston, M., & Duignan, B. (2024). Jean-Jacques Rousseau. En Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/biography/Jean-Jacques-RousseauDelaney, J. J. (s. f.). Jean-Jacques Rousseau. En Internet Encyclopedia of Philosophy. Recuperado 12 de agosto de 2024, de https://iep.utm.edu/rousseau/Farias, I. (2023, mayo 18). Principales Ideas de Rousseau. Psicoactiva.com. https://www.psicoactiva.com/blog/ideas-de-rousseau/

  3. Sala, À. (2021, febrero 16). Rousseau: El Filósofo que no Quería ser Ilustrado. National geographic. https://historia.nationalgeographic.com.es/a/rousseau-filosofo-que-no-queria-ser-ilustrado_7443Torres, A. (2017, agosto 5). La Teoría del Buen Salvaje de Jean-Jacques Rousseau. Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/social/teoria-buen-salvaje-jean-jacques-rousseau

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