A la hora de hablar de la evolución, uno de los primeros nombres que surge es el de Charles Darwin (Castillero Mimenza, 2018). No obstante, Darwin no fue el único autor relevante en este campo; otros pensadores ofrecieron perspectivas diferentes sobre la evolución de las especies, y algunos de ellos incluso influyeron en el trabajo de Darwin. Entre estos autores, uno de los más destacados es Jean - Baptiste Lamarck (1744 - 1829). Aunque las teorías de Lamarck han perdido popularidad con el tiempo y han sido reemplazadas por enfoques más respaldados científicamente, su contribución inicial fue clave en el desarrollo del pensamiento evolutivo. Lamarck fue uno de los primeros en separar el desarrollo de las especies de la fe religiosa y, además, es reconocido como el padre del término biología tal como lo entendemos hoy en día. Según Castillero Mimenza (2018), su teoría evolutiva, aunque hoy obsoleta, fue una de las primeras en ser verdaderamente coherente y sistemática en su estructura.
Biografía
Jean-Baptiste Pierre Antoine de Monet, conocido como Lamarck, nació el 1 de agosto del año 1744 en Bazentín, una pequeña localidad ubicada en la región de Picardía, Somme, Francia (Castillero Mimenza, 2018). Era el undécimo hijo de Philippe Jacques de Monet de La Marck y Marie - Françoise de Fontaines de Chuignolles, quienes provenían de una familia noble dedicada al ámbito militar. Durante su infancia, su padre lo inscribió en un seminario jesuita con la esperanza de que Lamarck siguiera una carrera eclesiástica. En correspondencia con Castillero Mimenza (2018), durante su tiempo en el seminario, Lamarck recibió una formación general en diversas disciplinas dentro del campo religioso, incluyendo filosofía y teología.
A los 15 años, debido a la muerte de su padre en el año 1759, abandonó el seminario y decidió unirse al ejército (Castillero Mimenza, 2018). A los 17 años, en el año 1761, compró un caballo y se enlistó en el ejército como oficial. En poco tiempo ascendió de rango y participó en la Guerra de los Siete Años. Sin embargo, su carrera militar fue breve, pues a los 20 años sufrió una grave lesión en el cuello que le causó escrófula, una enfermedad infecciosa que afecta los ganglios linfáticos, lo que lo obligó a retirarse del ejército. Una vez retirado, se trasladó a París, donde, inicialmente viviendo de una pensión y heredando parte de la fortuna de su padre, intentó dedicarse a la música. Sin embargo, pronto abandonó esta disciplina para estudiar medicina, dedicándose a la botánica durante cuatro años. Durante esta etapa de su vida, según Castillero Mimenza (2018), su interés por la botánica fue tan grande que decidió dedicarse por completo a las ciencias naturales, donde encontraría su verdadero campo de trabajo.
A través de su incansable labor, ganó reconocimiento, y en 1779 publicó su primer libro importante, "Flore François", un sistema de clasificación botánica de las especies de Francia, en el cual introdujo un método dicotómico para describir las plantas (Castillero Mimenza, 2018). Esta publicación le permitió ganar notoriedad en el ámbito científico y, en poco tiempo, fue nombrado miembro de la Academia de Ciencias. En el año 1780, fue contactado por Georges - Louis Leclerc, conde de Buffon, para dirigir una misión a Europa con el objetivo de ampliar la colección botánica del Jardín du Roi. De acuerdo con Castillero Mimenza (2018), esta misión resultó exitosa, lo que permitió seguir consolidando su reputación como botánico.
Poco después de la muerte de Buffon en el año 1788, su sucesor, Flahault de la Billarderie, creó un puesto para Lamarck como "botánico del Rey y guardian del herbario del Rey" (Burkhardt, 2024). A partir de entonces, desempeñó sus funciones en el jardín real, conocido como el Jardin du Roi, hasta el año 1793 (Castillero Mimenza, 2018). Durante ese periodo, se casó con Marie Annie Rosalie Delaforte, con quien tuvo cinco hijos, pero ella falleció en el año 1792. Tras la Revolución Francesa, y gracias a su influencia, el jardín fue transformado en el Museo Nacional de Historia Natural, donde Jean - Baptiste Lamarck fue nombrado director del departamento de animales inferiores, encargándose del estudio de insectos y otros invertebrados. De conformidad con Castillero Mimenza (2018), fue él quien acuñó el término "invertebrados" y desarrolló las principales subdivisiones de estos animales, además de introducir el concepto de "biología" como la ciencia que estudia los seres vivos.
En el año 1793, se casó por segunda vez con Victoire Charlotte Reverdy, con quien tuvo dos hijos más, aunque ella fallecería en el año 1797 (Castillero Mimenza, 2018). Un año después contrajo matrimonio por tercera vez con Julie Mallet. Durante este periodo, comenzó a impartir clases y escribió su obra más conocida, "Historia Natural de los Invertebrados", que se publicó entre el año 1815 y el año 1822. En esos estudios también germinó su teoría de la evolución. Además, en meteorología, fue pionero en la predicción del clima mediante métodos probabilísticos, sugiriendo que el comportamiento atmosférico se podía prever al comprender las causas de las alteraciones atmosféricas, como la influencia del Sol, la Luna y la rotación de la Tierra. A pesar de sus esfuerzos, Castillero Mimenza (2018) indica que Lamarck publicó varios anuarios meteorológicos que contenían errores, lo que causó una disminución en su prestigio.
Al principio, Lamarck sostenía que los seres vivos no sufrían cambios, pero con el tiempo y a través de su investigación, llegó a la conclusión de que existía un proceso evolutivo (Castillero Mimenza, 2018). Estas ideas fueron plasmadas en su obra "Filosofía Zoológica" del año 1809, considerada la primera formulación teórica sobre la evolución, en la que presentó dos leyes fundamentales: la primera sostenía que el tamaño y la fuerza de los órganos cambian durante la vida de un animal según su uso, y la segunda afirmaba que esas modificaciones se transmiten a las generaciones siguientes (Castillero Mimenza, 2018; Ashworth, 2022). Lamarck concluyó que las especies se modifican por herencia de características adquiridas (Ashworth, 2022). Aunque su teoría fue rechazada por figuras como Napoleón Bonaparte y atacada por científicos como Lavoisier y Georges Cuvier, quienes lo consideraban poco científico, Castillero Mimenza (2018) señala que su obra marcó un hito en el debate científico de la época.
Durante los últimos años de su vida, su salud sufrió un deterioro progresivo, a la par que sus relaciones con diversos autores se volvieron conflictivas, lo que afectó negativamente su reputación (Castillero Mimenza, 2018). Uno de los desacuerdos más notables fue con Lavoisier, cuya teoría sobre el funcionamiento de los fluidos fue criticada por Lamarck, acusándolo de carecer de rigor científico. Los trabajos de Lamarck fueron tachados de poco objetivos y sus argumentos, de sobrevalorados, lo que llevó a una pérdida de credibilidad en su obra. Otro enfrentamiento significativo ocurrió con el biólogo Georges Cuvier, cuya posición más empírica y experimental contradecía las teorías de Lamarck. Cuvier llegó a calificar las ideas de Lamarck como erróneas, lo que profundizó la enemistad entre ambos científicos. Con el paso del tiempo, según Castillero Mimenza (2018), las aportaciones de Lamarck sobre la evolución empezaron a ser cada vez más desacreditadas, lo que contribuyó al deterioro de su prestigio.
En el año 1819, perdió la vista, lo que le obligó a dictar algunas de sus obras a sus hijas (Castillero Mimenza, 2018). Durante esta misma época, sufrió la pérdida de su tercera esposa, Julio Maillet. La combinación de su salud deteriorada, la disminución de su reputación y su creciente pobreza lo llevó a una profunda depresión, y sus últimos años los pasó al cuidado de sus hijas, sin recibir casi ningún tipo de reconocimiento público. Lamarck falleció el 18 de diciembre del año 1829, a los 85 años, en París. Aunque la teoría de la evolución de Lamarck fue finalmente desplazada por la de Darwin, y a pesar de que durante sus últimos años de vida fue ampliamente ignorado, las ideas de Lamarck han sido reconocidas como un adelanto significativo en la ciencia de su tiempo. Conforme con Castillero Mimenza (2018), a pesar de que no alcanzó la fama que merecía en vida, se le atribuyen conceptos cruciales como "invertebrados" y "biología", además de realizar contribuciones importantes tanto en la botánica como en la zoología.
Evolución y Transformación de las Especies: La Teoría de Lamarck
La Teoría de Lamarck, propuesta en el año 1809, marcó el inicio formal de los estudios sobre la evolución biológica (Salcedo, 2024). Como precursora de la teoría de la evolución de Darwin, esta teoría introdujo por primera vez la idea de que las especies actuales provienen de formas de vida más simples y que han experimentado transformaciones a lo largo del tiempo. De acuerdo con Salcedo (2024), Lamarck expuso su perspectiva en el libro "Filosofía Zoológica", donde propuso un mecanismo que podría explicar la transición evolutiva entre especies, basado en dos principios: la ley de uso y desuso y la herencia de los caracteres adquiridos.
Lamarck argumentaba que los organismos podían desarrollar características físicas nuevas al utilizar repetidamente ciertas partes de su cuerpo, y que estas modificaciones eran luego transmitidas a su descendencia, contribuyendo así a la evolución de la especie (Salcedo, 2024). El ejemplo más ilustrativo de esta teoría es el del cuello de las jirafas. Según Lamarck, las jirafas ancestrales, enfrentadas a la necesidad de alcanzar hojas en árboles altos, habrían estirado su cuello progresivamente, logrando con el tiempo transmitir esta característica al resto de la especie. De conformidad con Salcedo (2024), esta interpretación proporcionó un modelo para entender el cambio biológico, apoyado además por el hallazgo de fósiles que evidenciaban especies extintas con estructuras anatómicas similares a las de algunas especies actuales.
A pesar de la relevancia de esta teoría en su tiempo, la Teoría de Lamarck ha sido objeto de grandes críticas, ya que carecía de evidencias científicas sólidas que respaldaran sus afirmaciones sobre la transmisión de caracteres adquiridos (Salcedo, 2024). Sin embargo, su propuesta fue esencial para establecer una base de trabajo y discusión para teorías evolutivas posteriores, incluyendo la teoría de la selección natural de Darwin, desarrollada durante la segunda mitad del siglo XIX. La principal diferencia entre ambas teorías radica en el mecanismo evolutivo que cada una postula. Salcedo (2024) menciona que, mientras que Lamarck sugería que las características adquiridas a lo largo de la vida de un organismo podían heredarse, Darwin proponía que el azar y la selección natural guiaban la evolución de las especies, asegurando la supervivencia de los organismos más aptos en su entorno.
La Teoría de Lamarck: Rechazo, Revaluación y Avances en Epigenética
En el siglo XIX, la teoría de la evolución propuesta por Lamarck enfrentó una notable falta de aceptación debido a su oposición a las teorías de fijismo y catastrofismo, que contaban con gran prestigio y estaban firmemente defendidas por la comunidad científica de la época (Salcedo, 2024). Estas teorías, promovidas por figuras influyentes como George Cuvier, planteaban que las especies eran esencialmente inmutables, salvo por cambios que ocurrieran de forma repentina, violenta y poco frecuente. Cuvier, con gran respeto en el ámbito científico, respaldaba estas ideas, lo cual dificultaba la aceptación de las ideas evolutivas de Lamarck. Como resultado, según Salcedo (2024), la mayoría de los naturalistas de ese tiempo consideraron que la teoría de Lamarck carecía de sustento suficiente para explicar el proceso evolutivo de las especies.
En la actualidad, sin embargo, la evidencia científica sugiere que varios aspectos de la teoría lamarckiana son incorrectos (Salcedo, 2024). Los avances en genética han demostrado que la herencia de características adquiridas no es posible, dado que solo pueden transmitirse cambios que afecten directamente al material genético de las gametas. Es decir, para que una característica sea heredada, deben producirse modificaciones químicas en el ADN. A partir de la primera década del siglo XXI, sin embargo, el campo de la epigenética ha comenzado a reconsiderar ciertos conceptos similares a los de Lamarck. En particular, conforme con Salcedo, (2024), algunos descubrimientos epigenéticos han sugerido que el entorno puede influir en la expresión genética de una forma que podría, en ciertos contextos, afectar a generaciones posteriores, reviviendo así de forma parcial la idea lamarckiana de que los caracteres adquiridos pueden, bajo circunstancias específicas, tener una influencia hereditaria.
El Legado de Lamarck en la Teoría Evolutiva
A pesar de que las investigaciones actuales han demostrado que la evolución no sigue estrictamente las teorías planteadas por Lamarck, sus aportes son fundamentales para el desarrollo del conocimiento científico en biología (Salcedo, 2024). Sus ideas, formuladas en un contexto adverso, emergieron en un momento en que los conceptos evolucionistas apenas comenzaban a ser explorados mediante el método científico. Este enfoque pionero hizo que sus teorías resultaran, en muchos sentidos, más revolucionarias que las de Darwin. Según Salcedo (2024), Lamarck fue el primero en proponer una teoría completa sobre la evolución biológica, atreviéndose a desafiar el fijismo defendido por Georges Cuvier, quien sostenía que los organismos vivos eran inmutables y surgían de manera espontánea y definitiva, en ocasiones bajo un origen divino.
La visión transformista de Lamarck rompió completamente con el paradigma impuesto por el fijismo, abriendo paso a una nueva forma de entender el desarrollo y la adaptación de los seres vivos (Salcedo, 2024). En la época de Lamarck, las ciencias naturales se limitaban a describir las características de los organismos sin profundizar en su origen o transformación. Sin embargo, en correspondencia con Salcedo (2024), su obra "Filosofía Zoológica" marcó un hito al introducir una perspectiva dinámica de los seres vivos, sentando las bases para lo que hoy se conoce como biología moderna.
Referencias
Ashworth, G. B. (2022, marzo 16). Jean-Baptiste Lamarck. The Linda Hall Library. https://www.lindahall.org/about/news/scientist-of-the-day/jean-baptiste-lamarck/
Burkhardt, R. W. (2024). Jean - Baptiste Lamarck. En Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/biography/Jean-Baptiste-Lamarck
Castillero Mimenza, O. (2018, noviembre 2). Jean-Baptiste Lamarck: Biografía de Este Naturalista Francés. Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/biografias/jean-baptiste-lamarck
Salcedo, M. (2024). Teoría de Lamarck. Enciclopedia Concepto. https://concepto.de/teoria-de-lamarck/
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