Ideas Innatas y el Origen del Conocimiento Para Gottfried Leibniz
- Juliana Eljach
- 22 may 2024
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ĀæEl aprendizaje se produce a travĆ©s de la experimentación con el entorno o mediante la reflexión y la introspección? Este interrogante refleja el tema principal que, durante la Ć©poca de la Ilustración, sirvió como eje diferenciador para distinguir a los grandes tipos de filósofos: los racionalistas, quienes defendĆan que el conocimiento se extrae mediante la razón, y los empiristas, quienes creĆan que el intelecto se desarrolla mediante la experiencia (Torres, 2017). Gottfried Wilhelm Leibniz (1646 - 1716), sin embargo, no encajaba en ninguna de estas dos categorĆas. Torres (2017) menciona que, a pesar de que han transcurrido mĆ”s de 300 aƱos desde su muerte, sus ideas aĆŗn pueden servir hoy en dĆa para entender de manera aproximada e intuitiva cómo se experimenta la realidad.
Las Mónadas
Leibniz reconoce que, aunque el desentraƱamiento de las nociones podrĆa servir para descubrir la verdad, en la prĆ”ctica esto resulta ser una tarea imposible, debido a que la racionalidad humana no posee la suficiente potencia para procesar tal magnitud de información (Torres, 2017). No obstante, esto no implica que cada elemento del universo estĆ© desprovisto de fragmentos de la verdad. De hecho, segĆŗn Leibniz, el universo se compone de unidades denominadas mónadas, las cuales son entidades metafĆsicas que albergan representaciones de todo lo existente. Conforme con Torres (2017), al ser verdadera y abarcar tanto el pasado como el presente y el futuro, una mónada es idĆ©ntica a cualquier otra, ya que todas coinciden en contener la verdad.
Ideas y Conocimientos
La epistemologĆa de Leibniz comienza con la distinción entre ideas claras y oscuras (Glowienka, s.f.). Una idea es clara cuando permite reconocer la cosa representada, oscura cuando no lo hace. Por ejemplo, si alguien ha visto un jerbo, puede tener una idea de lo que es un jerbo. Sin embargo, si la próxima vez que se encuentra con un pequeƱo roedor no puede determinar si es un jerbo o un hĆ”mster, entonces solo tiene una idea oscura de "jerbo". Leibniz clasifica las ideas claras en dos categorĆas: confusas y distintas. Una idea clara tambiĆ©n es distinta cuando se pueden catalogar todas las marcas o criterios que distinguen esa idea de las demĆ”s. Un fisiólogo animal puede diferenciar y enumerar las caracterĆsticas comunes a todos los roedores y las Ćŗnicas de los jerbos. SegĆŗn Glowienka (s.f.), un niƱo con un jerbo como mascota podrĆa no ser capaz de hacerlo y, por lo tanto, tendrĆa una idea clara pero confusa.
Leibniz procede a clasificar aún mÔs las ideas claras y distintas como adecuadas o inadecuadas (Glowienka, s.f.). Si se tiene una idea adecuada, se tiene un conocimiento claro y distinto no solo de la idea en cuestión, sino también de todas sus partes y componentes. Se tiene un conocimiento claro y distinto "hasta el final" hasta los conceptos primitivos que componen la idea. Leibniz admite que no estÔ seguro de si algún ser humano posee una idea adecuada, pero considera que el conocimiento aritmético casi se acerca a la adecuación. De acuerdo con Glowienka (s.f.), en todos los demÔs casos, en los que no se pueden llevar a cabo anÔlisis exhaustivos hasta conceptos primitivos, se tienen ideas claras, distintas, pero inadecuadas.
En sus mÔs altos alcances, Leibniz menciona que el conocimiento no solo es adecuado, sino también intuitivo (Glowienka, s.f.). El conocimiento intuitivo es adecuado y no discursivo. Esto significa que una persona conoce de manera clara y precisa todos los componentes de una idea y los comprende simultÔneamente. En correspondencia con Glowienka (s.f.), en el caso de todo conocimiento adecuado, el conocimiento intuitivo parece ser mÔs apropiado para los conocedores divinos que para los humanos, puesto que estos últimos no pueden pensar en todos los componentes de un concepto complejo al mismo tiempo.
Una consecuencia de su taxonomĆa del conocimiento es que le proporciona un medio para explicar la percepción sensorial (Glowienka, s.f.). Dado su idealismo, todo lo que existe en el mundo son las mónadas y sus estados mentales. Los cuerpos son fenómenos y, por lo tanto, no son fuentes de conocimiento. Entonces, ĀæquĆ© es la percepción sensorial? ĀæExiste alguna diferencia entre la sensación y el intelecto si todas las ideas surgen del propio concepto de una mónada, sin interacción entre mónadas? Leibniz seƱala que lo que se experimenta como percepciones sensoriales son ideas confusas. Incluso si son claras, las percepciones sensoriales son necesariamente confusas. Glowienka (s.f.), menciona que, aunque estas percepciones surgen espontĆ”neamente, expresan la armonĆa entre una mónada dada y todas las demĆ”s; por tanto, es imposible enumerar todos los factores que contribuyen a la percepción de cualquier sentido dado, la mayorĆa de los cuales caen por debajo del umbral de la conciencia.
Con la categorĆa de ideas claras y confusas, Leibniz puede preservar de manera significativa la distinción entre sensación e intelección sin comprometer los principios bĆ”sicos de su idealismo (Glowienka, s.f.). Sul enfoque de las ideas y el conocimiento lo distingue en algunos aspectos clave de sus compaƱeros racionalistas del siglo XVII. La división entre distinción y adecuación lo lleva a diferenciar entre definiciones nominales y reales. Las definiciones nominales incluyen conocimientos distintos; identifican suficientemente las marcas definitorias de un concepto. Sin embargo, en correspondencia con Glowienka (s.f.), no garantizan que el concepto sea posible. PodrĆa ser que un concepto sea internamente inconsistente, un hecho que se revelarĆa si uno tuviera un conocimiento adecuado de todas sus partes.
La Idea de las Nociones
Leibniz tenĆa la convicción de que cada componente de la realidad, independientemente de si se trata de un individuo, un paisaje o un objeto, se encuentra vinculado a un concepto conocido como "noción" (Torres, 2017). Se entiende por "noción" todo aquello que se puede afirmar como verdadero acerca del componente de la realidad al que estĆ” asociado. Para ilustrar este concepto, Torres (2017) menciona que el color de un cuervo es negro y que las extremidades traseras de este animal carecen de plumas, entre otros aspectos.
Todo EstĆ” Relacionado
Leibniz, un pensador profundamente influenciado por el racionalismo, sostenĆa la creencia de que el lenguaje deberĆa aspirar a emular las matemĆ”ticas, un sistema hermĆ©tico de sĆmbolos (Torres, 2017). SegĆŗn su perspectiva, si algo es verdadero, debe estar intrĆnsecamente conectado con las verdades de otros elementos de la realidad, los cuales son descritos por sus respectivas nociones, al menos desde el punto de vista teórico. De esta manera, si se descubren las relaciones entre las diferentes nociones, se obtendrĆ” un conocimiento integral de la realidad. En esencia, una noción no sólo contiene verdades sobre el elemento al que estĆ” asociada, sino que tambiĆ©n proporciona información sobre todos los elementos con los que se relaciona. Como ilustración de este concepto, Torres (2017) menciona que, si un ser tiene plumas cubriendo los dedos de sus extremidades inferiores, no puede ser un cuervo.
Ideas Innatas
Se suele situar a Leibniz en el campo de los racionalistas, en oposición a los empiristas como John Locke (Look, 2020). Aunque existen argumentos para cuestionar esta distinción, Leibniz se ajusta a la descripción en dos aspectos: es un racionalista en la medida en que se adhiere al Principio de la Razón Suficiente, y es un racionalista en la medida en que acepta ideas innatas y rechaza la idea de que la mente es una tabula rasa. En cuanto a las lealtades clĆ”sicas de Leibniz, es interesante observar que, en el Ć”mbito de la metafĆsica, a menudo expresaba su filosofĆa en tĆ©rminos aristotĆ©licos y escolĆ”sticos, pero que, en el Ć”mbito de la epistemologĆa, era un platonista bastante abierto, al menos en tĆ©rminos de la existencia de ideas innatas. De hecho, segĆŗn Look (2020), en los pasajes iniciales de sus "Nuevos Ensayos sobre la Comprensión Humana", su comentario de un libro sobre el "Ensayo de Locke sobre la Comprensión Humana", Leibniz se alinea con Platón en la cuestión fundamental del origen de las ideas.
Leibniz tiene una serie de razones metafĆsicas directas para rechazar la idea de que la mente pueda ser una tabula rasa (Look, 2020). En primer lugar, ya que no puede haber una interacción causal genuina entre las sustancias, entonces no podrĆa haber manera de que todas las ideas puedan venir de la experiencia; de hecho, ninguna idea podrĆa, estrictamente hablando, venir de la experiencia. Pero, en segundo lugar, Leibniz cree que la opinión de que las mentes son pizarras en blanco al nacer viola el Principio de la Identidad de los Indiscernibles. En resumen, el Principio de la Identidad de los Indiscernibles funciona contra Ć”tomos fĆsicos cualitativamente idĆ©nticos y contra almas cualitativamente idĆ©nticas (porque estĆ”n en blanco). Pero, Āæcómo podrĆan la experiencia y los sentidos proporcionar las ideas? ĀæEl alma tiene ventanas? ĀæEs similar a las tabletas de escritura o a la cera? Claramente, conforme con Look (2020), aquellos que tienen esta visión del alma la estĆ”n tratando como fundamentalmente corpórea.
Locke fue famoso por entretener la posibilidad de "pensar en la materia", y Leibniz encontró tal tesis abominable (Look, 2020). A lo largo de su carrera, Leibniz no expresa ninguna duda de que la mente o el alma son esencialmente inmateriales, y el escepticismo de Locke sobre la naturaleza de la sustancia estĆ” fundamentalmente en desacuerdo con los compromisos filosóficos mĆ”s profundos de Leibniz. Sin embargo, la consecuencia de esto era que Leibniz busca socavar la posición de Locke con respecto al origen y la naturaleza de las ideas. Conforme con Look (2020), Leibniz tiene un argumento a favor de la inmaterialidad de la mente o en contra de su mecanismo, el cual hacĆa referencia a la naturaleza del pensamiento y las ideas.
Esta es su famosa metĆ”fora de un molino, que aparece tanto en los "Nuevos Ensayos" como en la "MonadologĆa" (Look, 2020). Las percepciones no podĆan explicarse en tĆ©rminos mecĆ”nicos o materialistas (Look, 2020). Incluso si se creara una mĆ”quina a la que se le atribuyera el pensamiento y la presencia de percepciones, la inspección del interior de esta mĆ”quina no revelarĆa la experiencia de pensamientos o percepciones, sino solo los movimientos de varias partes. Sin embargo, segĆŗn Look (2020), aunque Leibniz aceptaba la forma comĆŗn de hablar, es decir, como si los sentidos fueran causalmente responsables de algunas ideas, tenĆa argumentos en contra de la afirmación empĆrica de que los sentidos eran el origen de todas las ideas.
SegĆŗn Leibniz, si bien la posición empĆrica podĆa explicar la fuente de las verdades contingentes, no podĆa explicar el origen y el carĆ”cter de las verdades necesarias (Look, 2020). Porque los sentidos nunca podrĆan llegar a la universalidad de cualquier verdad necesaria; podrĆan, en el mejor de los casos, proporcionar los medios para hacer una inducción relativamente fuerte. MĆ”s bien, era la comprensión en sĆ misma, la que era la fuente de tales verdades y la que garantizaba su propia necesidad. Look (2020) menciona que, aunque las personas no sean conscientes de todas las ideas, un hecho demostrado por la función y el papel de la memoria, ciertas ideas o verdades estaban en la mente como disposiciones o tendencias.
Esto era lo que se entendĆa por una idea innata o una verdad innata (Look, 2020). De hecho, Leibniz creĆa que la mente tenĆa una "afinidad especial" por las verdades necesarias. Sobre este tema, Leibniz utilizaba una metĆ”fora distintiva: una pieza de mĆ”rmol tenĆa venas que indicaban o estaban dispuestas para indicar formas que un escultor hĆ”bil podĆa descubrir y explotar. Del mismo modo, segĆŗn Look (2020), habĆa una disposición, una aptitud, una preformación, que determinaba nuestra alma y hacĆa que las verdades necesarias se pudieran derivar de ella.
Verdades de Razón y Verdades de Hecho
La existencia de las mónadas no cambia el hecho de que los individuos no sean capaces de asimilar su presencia, y en la prÔctica, a menudo se actúa como si nada fuera seguro (Torres, 2017). Aunque los seres humanos pueden acceder a verdades simples a través de las matemÔticas, esto no les permite dar el salto y alcanzar un conocimiento completo de lo verdadero y auténtico; simplemente se quedan en ese punto, con esa pequeña porción de realidad que establece que la suma de uno y uno equivale a dos. Es por eso que, conforme con Torres (2017), Leibniz hace una diferenciación entre las verdades de razón y las verdades de hecho.
En el caso de una verdad de razonamiento, su razón o explicación se puede descubrir mediante el anĆ”lisis de las nociones o conceptos, resolviendo en ideas mĆ”s simples y verdades mĆ”s simples hasta que se llegue a las primitivas (Look, 2020). En Ćŗltima instancia, todas las verdades del razonamiento se resolverĆ”n en primitivas o identidades, y el Principio de Contradicción es, por lo tanto, operativo. En el caso de una verdad de hecho, por otro lado, su razón no se puede descubrir a travĆ©s de un proceso finito de anĆ”lisis o resolución de nociones. Sin embargo, debe haber una razón por la que algĆŗn hecho en particular sea asĆ y no de otra manera, y, segĆŗn Leibniz, esta razón se encuentra fuera de la serie de cosas contingentes (Look, 2020). De acuerdo con Torres (2017), la Ćŗnica entidad que tiene acceso total a las verdades de razón, serĆa el Dios cristiano.
Apercepción, Memoria y Razón
La jerarquĆa de monadas tiene un corolario en su epistemologĆa (Look, 2020). Las mónadas son mĆ”s o menos perfectas dependiendo de la claridad de sus percepciones, y una mónada es dominante sobre otra cuando contiene razones para lo que sucede en la otra. Sin embargo, algunas mónadas pueden elevarse al nivel de las almas cuando, por ejemplo, experimentan sensaciones, es decir, cuando sus percepciones son muy distintas y acompaƱadas de memoria. AdemĆ”s, algunas almas estĆ”n en condiciones de participar en la percepción, es decir, para reflexionar sobre sus estados o percepciones internas. Conforme con Look (2020), es importante distinguir entre la percepción, que es el estado interno de la mónada que representa las cosas externas, y la apercepción, que es la conciencia o el conocimiento reflexivo de este estado interno, algo que no se da a todas las almas, ni en todo momento a un alma dada.
El punto que Leibniz quiere hacer es claramente anti - cartesiano: no es el caso de que los animales carezcan de almas y sean meras mÔquinas (Look, 2020). De acuerdo con Look (2020), aquà hay un continuo desde Dios, los Ôngeles y los seres humanos a través de los animales hasta las piedras y las mónadas opacas que subyacen a la suciedad y la mugre del mundo; y este continuo no solo debe entenderse en términos de la claridad comparativa de las percepciones de la mente, sino también en términos de los tipos de actividad mental posibles para un ser en particular.
Lo que hace que los seres humanos y las mentes superiores sean especiales es la capacidad, a travĆ©s de la percepción, de formular una concepción del yo (Look, 2020). De hecho, Leibniz sugiere que la racionalidad en sĆ misma se deriva de la capacidad de reflexión. La racionalidad, sin embargo, es en realidad solo la capacidad de formar conexiones indudables de ideas y seguirlas hasta sus consecuencias infalibles. En otras palabras, segĆŗn Look (2020), los animales y la mayorĆa de los seres humanos son puramente empĆricos; una persona racional, sin embargo, es aquella que puede participar en un razonamiento genuino a priori, pasando del conocimiento de una causa verdadera a travĆ©s de la deducción a los efectos necesarios.
PequeƱas Percepciones
Una de las tesis de su filosofĆa es que cada sustancia expresa todo el universo (Look, 2020). Con el fin de incorporar esta tesis en su epistemologĆa general y filosofĆa de la mente, desarrolla su relato de "percepciones pequeƱas" o "percepciones minĆŗsculas". En cada momento hay en las personas una infinidad de percepciones, no acompaƱadas de conciencia o reflexión; es decir, de alteraciones en el alma misma, de las que no son conscientes porque estas impresiones son muy pequeƱas y bastante numerosas, o demasiado invariables, por lo que no son lo suficientemente distintivas por sĆ solas. En otras palabras, segĆŗn Look (2020), todo lo que tiene lugar en el universo realmente es expresado por cada mente finita, pero las infinitas percepciones presentes en la mente, desde el vuelo de la mariposa en la selva amazónica hasta el padeo del pingüino en la AntĆ”rtida, suelen ser diminutas o demasiado indistintas para superar, por ejemplo, la apariencia de esta pantalla de computadora o la sensación de hambre.
La infinidad de las pequeƱas percepciones es, entonces, simplemente ruido blanco epistemológico (Look, 2020). La simplicidad y la unidad de la mente todavĆa permiten la multiplicidad de percepciones y apetitos. Sin embargo, esta multiplicidad no solo debe interpretarse como diacrónica, sino tambiĆ©n como sincrónica; es decir, la mente, a pesar de su simplicidad y unidad, tiene dentro de ella en cualquier momento una infinidad de pequeƱas percepciones diferentes. Un individuo en un estado de vigilia es consciente de las percepciones particulares, pero nunca de todas. En correspondencia con Look (2020), la mente siempre estĆ” activa, ya que siempre hay percepciones presentes en ella, incluso si esas percepciones son diminutas y no se elevan a un nivel tal que las personas sean conscientes de ellas.
Referencias
Glowienka, E. W. (s.Ā f.). Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716). Internet Encyclopedia of Philosofy. Recuperado 31 de marzo de 2024, de https://iep.utm.edu/leib-ove/
Look, B.C. (2020). Gottfried Wilhelm Leibniz. En E. N. Zalta (Ed.), The Stanford Encyclopedia of PhilosophyĀ (Spring 2020). Metaphysics Research Lab, Stanford University. https://plato.stanford.edu/archives/spr2020/entries/leibniz/
Torres, A. (2017, julio 18). La TeorĆa Epistemológica de Gottfried Leibniz. PsicologĆa y Mente. https://psicologiaymente.com/psicologia/teoria-epistemologica-gottfried-leibniz