top of page

Franz Friedrich Anton Mesmer (1734 - 1815)

Foto del escritor: Juliana EljachJuliana Eljach

Aunque la hipnosis sigue siendo un tema de debate entre muchos expertos, se ha consolidado como una herramienta efectiva para potenciar los resultados de la psicoterapia, especialmente en casos de insomnio, tabaquismo e incluso estrés postraumático (Figueroba, 2017). No obstante, en sus comienzos, este procedimiento era considerado acientífico, ya que ni siquiera quienes lo practicaban comprendían su mecanismo. Durante un extenso período, la hipnosis fue conocida como "mesmerismo", en referencia a Franz Friedrich Anton Mesmer (1734 - 1815), el médico que popularizó esta técnica. Conforme con Figueroba (2017), Mesmer sostenía peculiares teorías sobre los efectos de la hipnosis, las cuales generaron tanto admiración como escepticismo en su época.



Biografía

Franz Friedrich Anton Mesmer nació en el año 1734 en Iznang, un pueblo del suroeste de Alemania (Figueroba, 2017). Fue hijo de un guardabosque que trabajaba para el obispo local (Rozo Castillo, 2007). Aunque Mesmer inició su formación académica en teología y derecho, finalmente se doctoró en medicina en la Universidad de Viena, presentando una tesis titulada "Sobre la Influencia de los Planetas en el Cuerpo Humano" (Figueroba, 2017). Esta obra ha sido objeto de controversia debido a que se sospecha que Mesmer plagió parcialmente la obra del médico Richard Mead. En su tesis, Mesmer proponía que las fuerzas gravitacionales de los astros influían en la salud y la enfermedad, expandiendo de manera intuitiva las teorías sobre la gravedad formuladas por Isaac Newton. Con el tiempo, de acuerdo con Figueroba (2017), Mesmer desarrolló estas ideas hasta llegar al concepto más célebre de su obra: el magnetismo animal.

A los 33 años, se estableció como médico en Viena, aunque se sentía insatisfecho con los tratamientos de la época, que consideraba agresivos e ineficaces (Figueroba, 2017). Junto al padre jesuita Maximilian Hell, descubrió en el año 1771 lo que llamó "magnetismo animal", teoría que expuso en su obra "Mensaje Sobre la Cura Magnética". En este texto, intentó reconciliar los principios científicos de Newton y René Descartes con la astrología de Helmont y Paracelso (Figueroba, 2017). Según Mesmer, existe un fluido imperceptible que penetra todas las cosas, conocido como "magnetismo mineral", y que regula la vida mediante una ley de atracción - repulsión y equilibrio constante (Fernández & Tamaro, 2004). Este fluido también penetra el cuerpo humano, ejerciendo una influencia directa sobre el organismo y manteniendo la armonía bajo ciertas influencias astrales. Según Fernández & Tamaro (2004), cuando factores externos alteran el equilibrio, se produce una enfermedad, que puede ser tratada al combatir el influjo nocivo en el organismo.

Un caso clave su carrera fue el de Francisca Österlin, una paciente diagnosticada con histeria (Figueroba, 2017). Mesmer afirmó haber transferido "magnetismo animal" de su cuerpo al de la Sra. Österlin utilizando imanes, logrando suprimir los síntomas durante algunas horas. Este caso le proporcionó notoriedad en Viena, aunque, debido a un polémico caso de ceguera psicógena que cuestionó sus habilidades, decidió trasladarse a París en  el año 1777. En Francia, entrenó a varios discípulos y buscó que sus métodos fueran reconocidos como legítimos. Sin embargo, también recibió críticas, lo que llevó a su eventual exilio a Suiza. El mesmerismo persistió tras su muerte en el año 1815, a través de sus seguidores, algunos de los cuales eran médicos respetados. Conforme con Figueroba (2017), el campo de la hipnosis, que se desarrolló a partir del magnetismo animal y de los intentos de refutación por parte de los críticos de Mesmer, quedó para siempre marcado por la reputación de su creador.



La Evolución del Magnetismo Animal: De Paracelso a Mesmer

El concepto de magnetismo animal fue introducido por el médico y astrólogo suizo Paracelso en el siglo XVI (Bonis, 2024). Paracelso sostenía que el cuerpo humano estaba influenciado por fuerzas naturales, y que los desequilibrios en estas fuerzas podían resultar en enfermedades. Esta noción sentó las bases para el desarrollo posterior del magnetismo animal. Sin embargo, de conformidad con Bonis (2024), para comprender completamente su origen y evolución, es trascendental retroceder en el tiempo y explorar las influencias que moldearon las teorías de Paracelso, especialmente la teoría de los humores propuesta por Hipócrates.

La teoría humoral, planteada por el médico griego Hipócrates, sostiene que la salud del ser humano depende del equilibrio de cuatro fluidos: sangre, flema, bilis negra y bilis amarilla (Bonis, 2024). Cada uno de estos humores está relacionado con los cuatro elementos clásicos (agua, aire, tierra y fuego) y con una de las cualidades básicas (frío, húmedo, seco y caliente). Según Hipócrates, un desequilibrio en estos humores provoca enfermedades y disfunciones, mientras que su correcto equilibrio promueve la salud. Esta comprensión de equilibrio y desequilibrio fue esencial para el desarrollo de la medicina occidental, proporcionando un marco que perduró durante siglos. Además, de acuerdo con Bonis (2024), la influencia de la teoría humoral se extendió a la psicología de la personalidad, sugiriendo que los desequilibrios no solo afectaban la salud física, sino que también influían en los temperamentos y comportamientos de las personas.

Paracelso tomó la teoría humoral y la amplió al introducir la idea de que las influencias externas podían afectar los humores del cuerpo (Bonis, 2024). Propuso que existía una fuerza vital universal, denominada "Archeus" o principio arquetípico, que animaba el mundo natural. Este principio tenía una naturaleza magnética y se manifestaba en los seres humanos como un magnetismo personal o animal, capaz de influir en el Archeus de otros seres y del mundo mismo. De este modo, sugirió que el equilibrio de los humores y, por ende, la salud, podían restaurarse no solo a través de cambios dietéticos o medicamentos, sino también mediante la manipulación de esta fuerza. Introdujo la idea de que los imanes y otras formas de influencia magnética podían emplearse para reequilibrar los humores y curar enfermedades. Según Bonis (2024), esta conceptualización marcó un desvío de las prácticas médicas, que se centraban en el equilibrio humoral, hacia un enfoque más holístico que incorporaba la dimensión energética del ser humano.

El término "magnetismo animal" se popularizó gracias a Mesmer (Bonis, 2024). Afirmaba que los seres vivos poseían un fluido invisible, el magnetismo animal, que permitía el funcionamiento nervioso y cuyo desequilibrio podía causar diversas enfermedades (Figueroba, 2017). En consecuencia, su método de tratamiento consistía en manipular dicho magnetismo. Así, Mesmer comenzó utilizando imanes para modificar la concentración de magnetismo animal en las áreas afectadas del cuerpo, convencido de que podía transferir esta energía de su propio cuerpo, donde abunda, al de sus pacientes. Figueroba (2017) menciona que, con el tiempo, abandonó el uso de imanes y desarrolló procedimientos terapéuticos más extravagantes.

Las teorías de Mesmer se basaban en la premisa de que el fluido animal circula espontáneamente por el organismo, aunque en ocasiones se producen bloqueos en esta circulación (Figueroba, 2017). Mesmer postuló que las enfermedades podían tratarse mediante la inducción de "crisis" por parte de individuos con altos niveles de magnetismo animal, como él y sus seguidores. Para comprender la relevancia de estas afirmaciones, es crucial enmarcarlas en el contexto del siglo XVIII, donde conceptos como el magnetismo o un "fluido universal" eran comunes, dado que aún existían alquimistas que defendían tales creencias. Asimismo, conforme con Figueroba (2017), las ideas de Newton sobre la existencia del éter, una sustancia con características similares, también eran populares en esa época.



La Técnica de Mesmer: Un Enfoque Pionero en la Terapia

Mesmer se sentaba frente a sus pacientes, permitiendo que sus rodillas se tocaran, mientras los miraba fijamente a los ojos (Figueroba, 2017). En un segundo momento, frotaba los brazos del paciente con las manos, al mismo tiempo que aplicaba presión en su vientre con los dedos durante períodos prolongados. Esta interacción física, en ocasiones, provocaba lo que él denominaba "crisis" terapéuticas, las cuales podían manifestarse a través de convulsiones. Al concluir la sesión, según Figueroba (2017), utilizaba una armónica de vidrio, la cual era parte de su ritual de cierre.

Con el tiempo, y tras alcanzar una notable fama, comenzó a aplicar sus tratamientos a grandes grupos de personas, muchas de ellas aristócratas que buscaban entretenimiento más que una verdadera solución médica (Figueroba, 2017). En estos casos, Mesmer empleaba un recipiente con varas de hierro, las cuales debían tocar las partes del cuerpo afectadas de cada individuo. A pesar de la naturaleza peculiar de sus métodos, Mesmer logró aliviar diversas alteraciones de origen psicológico, especialmente en casos de histeria. Figueroba (2017) menciona que, aunque las hipótesis que sustentaban su práctica resultaban ser erróneas, sus procedimientos demostraron ser efectivos gracias al poder de la autosugestión, un mecanismo que ha sido validado por la investigación científica posterior.



La Influencia del Mesmerismo en la Psicología Moderna

Aunque el mesmerismo fue desacreditado como una ciencia médica y sus fundamentos teóricos fueron cuestionados, su influencia en el desarrollo de la psicología moderna y la hipnoterapia es indiscutible (Bonis, 2024). Tras la muerte de Mesmer, los efectos del mesmerismo se atribuyeron al control de la conducta de los pacientes (Figueroba, 2017). Sin embargo, en correspondencia con Figueroba (2017), médicos como John Elliotson y James Eisdale utilizaron los métodos de Mesmer para tratar trastornos psicógenos y anestesiar a sus pacientes; este último uso se volvió menos relevante con la introducción de los anestésicos químicos.

El paso del magnetismo a la hipnosis se atribuye a James Braid, un cirujano escocés que acuñó el término "hipnotismo" (Figueroba, 2017). Braid sostenía que el estado de hipnosis dependía de las condiciones físicas y mentales del paciente, y no de un fluido magnético abstracto. No obstante, consideraba innegable la efectividad del mesmerismo en algunas alteraciones. Además, existieron quienes continuaron la tradición del magnetismo, principalmente para curar enfermedades físicas. Entre los siglos XVIII y XIX, surgió la profesión del "magnetizador", personas que empleaban imanes o gestos similares a los de Mesmer, fundamentándose en sus propuestas pseudocientíficas. Debido a la debilidad de las hipótesis de Mesmer, los hipnotistas que lo sucedieron se enfrentaron a la desacreditación por parte de la comunidad científica. Según Figueroba (2017), esta postura se ha mantenido en gran medida hasta la actualidad, a pesar de que la hipnosis ha sido validada por la ciencia como un instrumento terapéutico de apoyo.



Referencias

  1. Bonis, J. C. (2024, febrero 8). Qué es el Magnetismo Animal, y su Relación con la Hipnosis. PSYCOlógicaMENTE; Juan Carlos Bonis. https://psycologicamente.com/que-es-el-magnetismo-animal-y-su-relacion-con-la-hipnosis/

  2. Fernández, T., & Tamaro, E. (2004). Franz Anton Mesmer. Biografias y Vidas. https://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/mesmer.htm

  3. Figueroba, A. (2017, abril 20). Franz Mesmer: Biografía de Este Pionero de la Hipnosis. Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/biografias/franz-mesmer

  4. Rozo Castillo, J. A. (2007). Franz Anton Mesmer: ¿Hereje, Charlatán o Pionero? Psicologiacientifica.com. https://psicologiacientifica.com/franz-anton-mesmer-magnetismo-animal/

10 visualizaciones0 comentarios

Yorumlar

5 üzerinden 0 yıldız
Henüz hiç puanlama yok

Puanlama ekleyin
  • Negro del icono de Instagram
  • Twitter

©2024 por La Psicología de Todo.

bottom of page