Ser padre o madre representa un desafío significativo que conlleva constantes reflexiones sobre el equilibrio entre la permisividad y la disciplina en el comportamiento de los hijos (Salvador, 2017). Los cuidadores se enfrentan a la necesidad de establecer un grado adecuado de autoridad, el cual puede fluctuar según el contexto y las circunstancias específicas. En este sentido, se reconocen cuatro estilos de crianza que se diferencian por la cantidad de permisividad y el poder que los cuidadores ejercen sobre sus descendientes. Entre estos estilos, en correspondencia con Salvador (2017), uno de ellos es el estilo permisivo, caracterizado por una actitud de aceptación hacia el comportamiento de los niños, en la que las reglas son poco claras y las expectativas suelen ser mínimas.
Características de la Crianza Permisiva
Las familias permisivas se definen como el opuesto del estilo autoritario de crianza (Salvador, 2017). En este tipo de entorno, se observa un bajo nivel de control sobre el comportamiento de los hijos, quienes son alentados a tomar decisiones por sí mismos, incluso en situaciones donde carecen de la madurez necesaria para hacerlo (Salvador, 2017). Este enfoque se caracteriza por la indulgencia, así como por una notable falta de restricciones y firmeza en el proceso de crianza (Roldán, 2022). Es importante aclarar que la crianza permisiva no implica la ausencia de atención a las necesidades de los niños, ni el simple hecho de permitirles actuar sin supervisión (Salvador, 2017). De hecho, este estilo se distingue por la primacía del amor y el afecto en la relación familiar (Girón, 2021). El cariño que se establece entre padres e hijos es recíproco, natural y abundante. Según Girón (2021), esta dinámica surge de la predisposición de los cuidadores a ofrecer lo mejor a sus hijos, tanto en términos materiales como emocionales.
Asimismo, otro rasgo distintivo de las familias permisivas es la comunicación abierta y fluida entre sus miembros, que a veces puede resultar excesiva en relación con la adecuación de la información proporcionada (Salvador, 2017). De acuerdo con Salvador (2017), es habitual que los niños y niñas reciban un trato uniforme, sin importar su edad, lo que a menudo resulta en diálogos o afirmaciones desproporcionadas para su nivel de desarrollo y capacidad de razonamiento.
Razones que Llevan a los Cuidadores a ser Demasiado Permisivos
La experiencia de haber crecido en un entorno educativo altamente autoritario puede influir significativamente en la forma en que algunos cuidadores abordan su rol como padres o madres, llevando a un comportamiento excesivamente permisivo con sus hijos e hijas (Quicios, 2022). Sin embargo, en correspondencia con Quicios (2022), existen otras razones que pueden explicar por qué estos cuidadores se vuelven demasiado permisivos con sus hijos.
Cuidadores Mayores
Los cuidadores mayores son aquellos que se encuentran en situaciones donde sus hijos no fueron planeados o presentan una considerable diferencia de edad con respecto a sus hermanos mayores (Quicios, 2022). Ocasionalmente, de conformidad con Quicios (2022), se observa que en estas familias, la falta de energía se debe al desgaste acumulado tras la crianza de los primeros hijos o hijas, lo que puede llevar a un enfoque más laxo en la educación de los menores.
Cuidadores muy Ocupados
Los cuidadores que se consideran muy ocupados suelen experimentar una falta de tiempo para desempeñar adecuadamente su papel parental (Quicios, 2022). Esta situación genera un profundo sentimiento de culpa que puede llevar a estos cuidadores a ser permisivos y, en ocasiones, a adoptar una postura compensatoria. De esta manera, de acuerdo con Quicios (2022), buscan equilibrar su ausencia mediante indulgencias en la crianza.
Cuidadores Demasiado Jóvenes
En correspondencia con Quicios (2022), cuando los cuidadores asumen el rol de progenitores a una edad muy temprana, frecuentemente intentan mantener un estilo de vida similar al de sus amigos solteros, dejando a sus hijos e hijas al cuidado de otras personas.
Impacto de la Crianza Permisiva en el Desarrollo Infantil
La crianza permisiva puede tener serias consecuencias para el desarrollo de un niño, especialmente en términos de autoestima, independencia y habilidades sociales (Roldán, 2022). Inicialmente, los hijos e hijas de familias permisivas suelen presentar una actitud alegre y extrovertida, lo cual los diferencia de aquellos criados en otros entornos con estilos de crianza más estructurados (Salvador, 2017). Sin embargo, con el tiempo, estos niños suelen desarrollar una baja autoestima debido a la falta de práctica en tareas que corresponden a sus habilidades (Salvador, 2017). Esta falta de exposición a desafíos que fortalezcan su sentido de logro contribuye a la dependencia en los demás, promoviendo una actitud de que otros deben hacerse cargo de sus necesidades y responsabilidades (Roldán, 2022). Además, conforme con Roldán (2022), este estilo de crianza a menudo genera conductas caprichosas e impacientes en los niños, lo cual dificulta su capacidad para asumir responsabilidades propias.
Desde una perspectiva sociocultural, las sociedades establecen normas y valores, como el respeto, la solidaridad y la comprensión, los cuales son adquiridos y practicados por sus miembros para facilitar la convivencia y la cohesión social (Girón, 2021). Sin embargo, los jóvenes que crecen en ambientes permisivos suelen tener dificultades para adaptarse a estos valores compartidos, lo cual se traduce en problemas de interacción social. Al haber sido educados sin pautas claras, estos jóvenes enfrentan dificultades para comunicarse de forma adecuada con los demás y muestran comportamientos insistentes y, en ocasiones, incontrolados (Salvador, 2017). Además, el comportamiento problemático se vuelve evidente en situaciones en las que estos jóvenes no logran satisfacer sus deseos, lo que suele provocar reacciones agresivas, manipuladoras e incluso destructivas (Girón, 2021). Según Girón (2021), esta incapacidad para tolerar la frustración los lleva a manifestar episodios de rabia o rabietas con frecuencia, evidenciando un manejo emocional inadecuado.
Errores de Crianza en Familias Permisivas
Los cuidadores, como cualquier persona, pueden cometer errores en la educación de sus hijos (Salvador, 2017). Sin embargo, algunos estilos de crianza, como el permisivo, presentan un mayor riesgo de errores en comparación con otros en los que se establecen reglas básicas y consistentes. Uno de los aspectos más críticos es la tendencia a satisfacer cualquier deseo que los niños expresen en cualquier momento. Este enfoque fomenta una baja tolerancia a la frustración, ya que los menores crecen en un entorno donde sus deseos son atendidos de manera inmediata, sin enfrentar restricciones. Ejemplos de estos deseos incluyen jugar por tiempo prolongado, acostarse tarde, ver ciertos programas de televisión o recibir bienes y servicios. De acuerdo con Salvador (2017), cuando estos niños se encuentran en situaciones donde no obtienen lo que desean, tienden a experimentar frustración, que puede derivar en irritabilidad, agresividad y dificultades para aceptar figuras de autoridad en otros contextos sociales.
Asimismo, los niños criados en familias permisivas tienden a asociar la felicidad únicamente con la satisfacción de sus deseos, llegando a creer que las demás personas están obligadas a cumplir sus expectativas (Salvador, 2017). Esta percepción puede derivar en una dependencia emocional, donde la felicidad se vincula directamente con la obtención de objetos o favores. A medida que estos niños crecen, conforme con Salvador (2017), esta necesidad constante de gratificación puede generar tensiones en la relación con sus cuidadores, ya que las expectativas de los menores pueden sobrepasar la capacidad de los adultos para satisfacerlas.
En un entorno permisivo, los menores pueden vivir en una especie de "burbuja emocional", donde se les protege de experiencias menos gratificantes, como la tristeza o la decepción (Salvador, 2017). Esta falta de contacto con emociones desagradables limita su capacidad para tolerarlas y gestionarlas, lo cual es esencial para un desarrollo psicológico saludable. Como consecuencia, en correspondencia con Salvador (2017), al enfrentarse a estas emociones en la vida cotidiana, es probable que las consideren insoportables y busquen evitarlas mediante conductas que podrían ser destructivas o perjudiciales para sí mismos.
Finalmente, el estilo permisivo impacta en la capacidad del niño para desarrollar disciplina y autocontrol, habilidades fundamentales para el logro de metas y objetivos en la adolescencia y adultez (Salvador, 2017). La falta de límites claros desde temprana edad limita su capacidad de autorregulación, lo que puede afectar negativamente su autoestima y capacidad para evaluarse positivamente. Según Salvador (2017), la dificultad en el control de impulsos y la falta de disciplina pueden generar obstáculos en el desarrollo personal y social de estos niños, afectando su éxito futuro.
Referencias
Girón, Z. (2021). ¿Qué es una familia permisiva?: características y consecuencias. TuInfoSalud. Recuperado 21 de agosto de 2022, de https://www.tuinfosalud.com/articulos/familia-permisiva/
Quicios, B. (2022). Errores de los padres o madres permisivos - Padres o madres que no saben poner límites a los hijos. Guiainfantil.com. Recuperado 21 de agosto de 2022, de https://www.guiainfantil.com/articulos/educacion/limites/errores-de-los-padres o madres-permisivos/
Roldán, M. J. (2022). Esto es lo que pasa si eres un padre permisivo. Eres Mamá. Recuperado 21 de agosto de 2022, de https://eresmama.com/lo-pasa-padre-permisivo/
Salvador, I. R. (2017). Familias permisivas: los 4 riesgos de este tipo de crianza. Psicología y Mente. Recuperado 21 de agosto de 2022, de https://psicologiaymente.com/desarrollo/familias-permisivas
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