Quienes han compartido su vida con un animal de compañía comprenden el vínculo profundo que se establece y el dolor que conlleva su pérdida (Flores García, 2022). Este proceso se vuelve aún más difícil cuanto mayor es la conexión y la dependencia emocional que se ha desarrollado con el animal. Para muchas personas, no se trata solo de un compañero, sino de un miembro más de la familia, con el que se crean lazos afectivos significativos. Aunque todo duelo es un proceso complejo y único, en el caso de los animales, el apoyo y el reconocimiento social pueden no ser los esperados. De hecho, la pérdida puede ser minimizada por los demás, lo que dificulta la adaptación a la ausencia. En algunos casos, de acuerdo con Flores García (2022), el dolor experimentado puede ser tan intenso como el que se siente al perder a un familiar cercano.
Comprendiendo el Duelo en Niños y Adolescentes
Los niños y adolescentes, al igual que los adultos, enfrentan situaciones de duelo; no obstante, su vulnerabilidad es mayor debido a que su capacidad para procesar las emociones de manera adecuada aún se encuentra en desarrollo (Palomares Pérez, 2021). Esta limitación, sumada a la poca o nula experiencia que suelen tener al atravesar una pérdida, genera una mayor preocupación entre los cuidadores cuando sus hijos enfrentan la muerte de una mascota. Aunque en la mayoría de los casos no se desarrollan trastornos psicológicos asociados, es posible que los más jóvenes experimenten malestar emocional durante varias semanas. Este malestar puede manifestarse a través de comportamientos problemáticos, como la necesidad de estar solos, episodios prolongados de llanto o la tendencia a alimentar sentimientos de culpa. Según Palomares Pérez (2021), en vista de estas posibles reacciones, resulta crucial que los padres conozcan algunos principios básicos para ayudar a que sus hijos afronten el duelo de la mejor manera.
El Duelo No Reconocido por la Pérdida de una Mascota
El término en cuestión se refiere a un tipo de dolor que las personas experimentan al enfrentarse a una pérdida que no puede ser reconocida abiertamente, lamentada públicamente o apoyada socialmente (Flores García, 2022). A pesar de que esta experiencia es emocional y socialmente significativa, los procesos de duelo, muchas veces, no reciben el reconocimiento adecuado. Esto se debe a la creencia común de que un animal de compañía es reemplazable, lo cual deslegitima la pérdida y puede propiciar la aparición de síntomas de distrés traumático. Además, se ha observado que el duelo por la pérdida de una mascota puede durar de seis meses a un año, siendo el período más intenso el que transcurre entre uno y dos meses. De acuerdo con Flores García (2022), un proceso de duelo inadecuado podría agravar o alargar esta experiencia emocional.
Impacto Emocional de la Pérdida de una Mascota
La pérdida de una mascota puede generar una disonancia que agrava el sufrimiento emocional y arrastra una variedad de experiencias psicológicas (Flores García, 2022). Entre estas experiencias se encuentran la ira dirigida hacia otras personas, así como los síntomas característicos del malestar psicológico, que incluyen trastornos del sueño, dificultad para mantener la concentración, desesperación, culpa, auto-recriminación, rumiación, aturdimiento, incredulidad, preocupación y trastornos alimentarios. Además, la ausencia de una mascota puede propiciar el aislamiento, la pérdida de rutinas diarias y un debilitamiento del sentido de propósito. Cuando una conexión tan significativa se interrumpe, es habitual que se experimente una sensación de desorientación. En este sentido, conforme con Flores García (2022), se debe considerar que los animales de compañía pueden fomentar en sus dueños un sentido de responsabilidad y, a menudo, se convierten en verdaderos “catalizadores sociales”.
Cómo Ayudar a los Niños a Afrontar la Pérdida de una Mascota
Una mascota no es un simple animal de compañía; constituye un verdadero miembro de la familia (Montagud Rubio, 2021). Las mascotas son especialmente significativas durante la infancia, ya que los niños suelen acudir a ellas en momentos de tristeza, enfermedad o incomprensión. Aunque no pueden hablar, las mascotas son capaces de escuchar, ofrecen amor incondicional y nunca critican. Sin embargo, es importante reconocer que ningún ser querido vive para siempre, y esta realidad también se aplica a las mascotas. En algún momento, los niños tendrán que enfrentar la pérdida de su mascota, y si esta situación no se gestiona adecuadamente, puede convertirse en un evento traumático y confuso. Montagud Rubio (2021) menciona que, ya sea porque el animal estaba enfermo, era viejo o, lamentablemente, ha fallecido en un accidente, es crucial que los adultos apoyen a los niños en el proceso de afrontar su pérdida.
Considerar la Edad del Niño
Es esencial tener en cuenta la edad del niño, ya que a medida que son más pequeños, menos comprenden lo que ha ocurrido (Montagud Rubio, 2021). Los niños de entre 3 y 5 años no tienen una comprensión clara de la muerte, viéndola como un concepto enigmático. Pueden pensar que la situación es reversible, asumiendo que el animal se ha ido pero volverá más tarde. En algunos casos, pueden entender que el animal ha muerto, pero lo perciben como una fase temporal, convencidos de que su mascota regresará. A pesar de esto, suelen sentir la ausencia física de su mascota y extrañarla. Por otro lado, entre los 6 y 8 años, los niños son más conscientes del significado de la muerte y sus implicaciones. Al llegar a los 10 años, los niños comprenden que la muerte es un hecho irreversible. De acuerdo con Montgudo Rubio (2021), al conocer estas etapas, se puede adaptar la conversación con los niños, sin mentirles y dejándoles claro que la mascota no regresará.
Ser Sinceros
Para abordar la muerte de una mascota, es importante encontrar el momento adecuado y reflexionar sobre cómo se comunicará la noticia (Montagud Rubio, 2021). Se debe suavizar el discurso, pero siempre comunicando la verdad. Es crucial ser claros y sinceros, explicando cómo son las cosas, por muy triste que sea la realidad. Los niños suelen aceptar mejor la muerte cuando se les ofrecen explicaciones sinceras, adaptadas a su nivel de comprensión, y cuando se les brinda la oportunidad de expresar su dolor de la manera que les resulte más cómoda. Por lo tanto, no es recomendable dar respuestas vagas a sus preguntas ni recurrir a mentiras piadosas. También es crucial no abordar el tema de la muerte con creencias o tradiciones que no se comparten. Por ejemplo, si no se cree en el cielo cristiano o en algún mundo ideal después de la muerte, no se debe decir a los niños que su mascota ha ido al cielo. Según Montagud Rubio (2021), esta acción implica inculcarles una creencia que no se comparte, lo que podría hacer que, al crecer, se sientan engañados y tristes al descubrir la verdad.
Preparar a los Niños para la Pérdida
En algunos casos, la mascota aún está viva, pero se sabe que está envejeciendo o padeciendo una enfermedad que acabará con su vida eventualmente (Montagud Rubio, 2021). Esta situación puede servir para preparar a los niños ante la muerte de su mascota. Es necesario que comprendan que el animal un día partirá y que esta situación es inevitable. Aunque esta noticia será dura de recibir, es beneficiosa para afrontar el triste acontecimiento cuando llegue. Al ser conscientes de que su mascota no vivirá para siempre, Montagud Rubio (2021) menciona que, los niños podrán pasar más tiempo con ella, disfrutar de sus últimos momentos y despedirse adecuadamente, mostrando mucho amor antes de su partida.
Permitir la Expresión del Dolor
A pesar de que la sociedad ha avanzado en la concienciación sobre la importancia de expresar las emociones negativas, persiste la creencia de que mostrar tristeza o enfado equivale a debilidad, incluso en situaciones tristes como la muerte de un ser querido (Montagud Rubio, 2021). Este tipo de creencias no son beneficiosas para nadie, ni para niños ni para adultos. Es fundamental que los niños se sientan cómodos expresando y compartiendo su tristeza, y los padres o cuidadores deben hacer lo mismo. La mejor manera de afrontar esta situación es permitir que el dolor se exprese, ya que no hacerlo puede ser perjudicial tanto para la salud física como mental. De acuerdo con Montagud Rubio (2021), no hay nada más perjudicial para un niño que sentirse penalizado por expresar sus emociones.
Hablar de la Mascota Pasados unos Días
La partida de la mascota es dolorosa, pero no se debe convertir en un tema tabú o en un asunto demasiado delicado que pueda reabrir viejas heridas (Montagud Rubio, 2021). La mascota formó parte de la vida diaria durante mucho tiempo, y su compañía era tan habitual como cualquier otro aspecto de la rutina familiar. Ignorar su existencia o borrar su recuerdo no es viable. Pasados unos días, cuando todos estén más tranquilos, es apropiado hablar de la mascota. Sin embargo, en correspondencia con Montagud Rubio (2021), no se debe forzar la conversación, sino mencionarla de manera natural, como una parte bonita del pasado que ya no está.
Recordar Anécdotas de la Mascota
Además de hablar sobre la mascota después de unos días, se recomienda reunirse en familia para recordar anécdotas relacionadas con ella (Montagud Rubio, 2021). Recordar sus momentos buenos y malos, sus travesuras, cómo se comportaba en el parque o cómo jugaba con los muebles es una actividad ideal para compartir en familia, ya que ayuda a afrontar la muerte de la mascota y fomenta la unión familiar, creando nuevos recuerdos en torno a la vida de este ser querido que ha partido. De conformidad con Montagud Rubio (2021), la idea es dejar claro que, si no se olvida a la mascota, de alguna manera, siempre estará presente en la memoria.
Homenajear a la Mascota
Cuando una persona fallece, sus seres queridos suelen celebrar un funeral en su honor y realizar homenajes posteriores (Montagud Rubio, 2021). Esto puede incluir el entierro con una lápida con su nombre o la incineración y esparcimiento de las cenizas en un lugar significativo. Los funerales y homenajes son rituales significativos que permiten reconocer la vida de alguien, aplicables también a las mascotas. Las mascotas merecen estos rituales, que también benefician a los niños y adultos al permitirles despedirse adecuadamente de un integrante de la familia. Lo ideal es celebrar una pequeña reunión familiar que sirva como ceremonia, en la que todos se sientan apoyados. Así, los niños no se sentirán solos y podrán percibir que su familia está dispuesta a ayudarlos en momentos difíciles. Según Montagud Rubio (2021), el homenaje puede realizarse de diversas maneras, siendo lo ideal involucrar a todos en alguna actividad artística, como un dibujo, una figura de arcilla, un álbum de fotos o cualquier otra forma creativa que permita recordar a la mascota que ha partido.
No Sustituir a la Mascota de Inmediato
No es recomendable reemplazar a la mascota que ha fallecido por una nueva inmediatamente (Montagud Rubio, 2021). Los niños necesitarán atravesar el proceso de duelo, que puede durar desde unos días hasta un mes. Esta fase es completamente normal, saludable y necesaria después de haber enfrentado una pérdida, y solo debería ser motivo de preocupación si el niño presenta una ansiedad excesiva o pesadillas. Es importante recordar que tener una mascota implica establecer una relación de amistad profunda, a menudo comparable a la que se siente por un familiar. Por lo tanto, no se puede introducir un nuevo animal mientras aún se está gestionando el dolor de la pérdida del anterior, ya que el niño podría temer desarrollar un vínculo afectivo intenso con la nueva mascota. De conformidad con Montagud Rubio (2021), esto podría generar tensiones entre el niño y el nuevo animal.
Afrontar la Pérdida de una Mascota en la Familia: Preguntas Frecuentes
¿Es recomendable comenzar a preparar a los hijos cuando la mascota está envejeciendo o enferma?
Cuando una mascota está envejeciendo o enfrenta una enfermedad terminal, es fundamental preparar emocionalmente a los niños de manera adecuada para este proceso (Navsaria, 2023). La forma en que se aborda el tema de la muerte con un niño puede influir significativamente en cómo gestionará sus emociones. Resulta tentador ocultar la gravedad de la situación, pero es importante hablar honestamente, adaptando el mensaje a la edad del niño. Al explicar lo que está sucediendo y permitir que los niños disfruten el tiempo restante con la mascota, se les ofrece la oportunidad de procesar sus emociones de forma gradual, reduciendo el impacto emocional cuando llegue el momento del fallecimiento. Además, de acuerdo con Navsaria (2023), responder a sus preguntas y hablar con franqueza puede ayudarles a prepararse para la inevitable despedida y a comprender mejor la situación.
¿Adoptar una nueva mascota podría ayudar a los niños a superar la pérdida de la anterior?
La adopción de un nuevo cachorro tras la muerte de una mascota puede contribuir a aliviar el dolor de la pérdida (Navsaria, 2023). Sin embargo, es esencial presentar a la nueva mascota como una experiencia distinta y no como un reemplazo de la anterior. De lo contrario, en correspondencia con Navsaria (2023), los niños podrían desarrollar expectativas poco realistas o, incluso, malinterpretar la situación, creyendo que los seres queridos son reemplazables.
¿Existen profesionales de salud mental especializados en el duelo por la pérdida de una mascota?
Es poco común encontrar profesionales de la salud mental que se especialicen en el duelo por la pérdida de mascotas (Navsaria, 2023). Sin embargo, de conformidad con Navsaria (2023), tanto psiquiatras como psicólogos cuentan con la formación necesaria para abordar el duelo infantil, y pueden identificar cuándo un niño necesita apoyo adicional, ya sea por la intensidad o la duración de su dolor.
¿Cuándo debería preocuparme por la manera en que mi hijo está manejando el duelo?
No hay un tiempo establecido para que un niño supere el duelo, puesto que cada niño lo afronta de manera diferente (Navsaria, 2023). Sin embargo, hay señales de alerta que pueden indicar la necesidad de buscar ayuda profesional, como dificultades persistentes en su rutina diaria, una preocupación excesiva por la mascota fallecida o la aparición de comportamientos autodestructivos. Navsaria (2023) menciona que, si se observan estos síntomas, es importante buscar el apoyo de un especialista.
¿Cómo puedo apoyar a mi hijo tras la muerte de nuestra mascota?
La pérdida de una mascota puede ser una experiencia dolorosa, pero también brinda la oportunidad de que los niños aprendan a gestionar sus emociones de manera saludable (Navsaria, 2023). En lugar de protegerles de sentimientos de tristeza o dolor, es importante reconocer y validar sus emociones, así como enseñarles estrategias para afrontarlas. De acuerdo con Navsaria (2023), actividades como dibujar, hablar sobre los recuerdos felices o compartir experiencias personales pueden ayudarles a entender que las emociones intensas forman parte natural de la vida y que es posible sobrellevarlas.
Referencias
Flores García, E. (2022, septiembre 19). Duelo por Animal de Compañía: Un Adiós Doloroso. NeuroClass. https://neuro-class.com/duelo-por-animal-de-compania-un-adios-doloroso/?gad_source=1&gbraid=0AAAAApD_kNXiogp39DqAQHxVF9ZSvdaUI&gclid=Cj0KCQjwsJO4BhDoARIsADDv4vBzhUnt6mL8mRa3doSk43QYT6CXU9EjeVvuhgpFQZ7XjK-jMHV3rjUaAiZaEALw_wcB
Montagud Rubio, N. (2021, enero 25). Cómo Afrontar con tus Hijos la Pérdida de una Mascota: 6 Cosejos Prácticos. Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/desarrollo/como-afrontar-hijos-muerte-mascota
Navsaria, D. (2023). Cuando Muere una Mascota: Cómo Ayudar a su Hijo a Sobrellevar la Situación. American Academy of Pediatrics. https://www.healthychildren.org/Spanish/healthy-living/emotional-wellness/Building-Resilience/Paginas/when-a-pet-dies-how-to-help-your-child-cope.aspx
Palomares Pérez, L. (2021, enero 15). ¿Cómo Ayudar a mi Hijo a Superar la Muerte de su Mascota? Avance Psicólogos. https://www.avancepsicologos.com/como-ayudar-a-mi-hijo-a-superar-la-muerte-de-su-mascota/
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