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Duelo Patológico en Niños: ¿Cuándo Preocuparse?

El proceso de duelo es aquel que implica la aceptación y adaptación a una pérdida, ya sea de un ser querido, un objeto o una situación (Herrera, 2018). Se ha observado que los niños son particularmente sensibles a los cambios y las pérdidas. Por lo tanto, conforme con Herrera (2018), el duelo patológico en los niños se manifiesta como un verdadero síndrome de desadaptación que puede tener consecuencias trascendentales para su desarrollo y bienestar.



¿Qué es el Duelo Patológico en los Niños?

Un proceso de duelo normal se define como una etapa vital en la que una persona reacciona ante la pérdida, comprende las implicaciones de dicha pérdida, reorienta su vida sin la presencia del ser querido y acepta la pérdida (Herrera, 2018). En este proceso, el recuerdo del ser querido no provoca reacciones emocionales significativas. La duración de este proceso es objeto de una importante controversia. En lugar de establecer un criterio temporal, los científicos y profesionales de la salud mental han acordado un criterio de ajuste. Así, según Herrera (2018), se ha establecido que un duelo normal no debería ser una complicación incapacitante en ningún caso.

Por otro lado, el duelo patológico en los niños se define como una condición en la que la sensación de tristeza se extiende más allá del período de tiempo considerado normal (García, 2018). Esta sensación de tristeza, que es una respuesta natural a la pérdida, puede persistir durante años si no se aborda adecuadamente con la ayuda de un especialista. La muerte es un proceso natural y el duelo es una parte integral de este proceso. Es crucial estar alerta si los síntomas persisten y recordar que para los niños, este proceso puede ser no solo doloroso, sino también confuso. Además, en correspondencia con García (2018), es importante señalar que aunque el duelo generalmente ocurre cuando una persona cercana fallece, también puede ser el resultado de otras situaciones, como por ejemplo la separación de los padres.



Síntomas

El duelo patológico en los niños se caracteriza por una tristeza intensa y prolongada que supera la duración que normalmente se esperaría, afectando el funcionamiento normal del niño a nivel emocional, cognitivo, físico y social (Menéndez, 2018). Como resultado, el niño puede mostrar una incapacidad prolongada para realizar actividades que solía hacer antes de la pérdida. Según Menéndez (2018), a medida que la investigación sobre el duelo patológico en los niños ha avanzado, se ha reconocido que es poco común que los niños experimenten síntomas de duelo extremos que resulten en una angustia y deterioro persistentes en su funcionamiento.

Algunos profesionales recomiendan agrupar los síntomas en diferentes dominios (Menéndez, 2018). De conformidad con Menéndez (2018), en el dominio del pensamiento, los síntomas pueden incluir la rumiación sobre las circunstancias de la muerte, la incredulidad frecuente o la incapacidad para aceptar la muerte, la angustia de separación, la persistencia y el anhelo intenso por la persona difunta, los sentimientos frecuentes de soledad o vacío, los pensamientos negativos sobre la vida sin el fallecido o la necesidad recurrente de unirse al difunto, y los pensamientos preocupantes sobre el fallecido que perjudican al funcionamiento diario.

En cuanto a los sentimientos, los síntomas pueden incluir una sensación persistente de shock, aturdimiento o entumecimiento emocional desde la muerte, sentimientos recurrentes de ira o amargura con respecto a la muerte, dificultad para confiar o preocuparse por los demás desde la pérdida, experimentar dolor u otros síntomas somáticos, escuchar la voz del difunto o ver a la persona fallecida, y reacciones emocionales intensas ante los recuerdos del fallecido (Menéndez, 2018). Finalmente, en cuanto al dominio del comportamiento, los síntomas pueden incluir una preocupación excesiva o la evitación de los lugares, las personas y las cosas relacionadas con la muerte. Como consecuencia, estos síntomas pueden interferir en el funcionamiento normal del niño, causando una molestia significativa en las áreas académica, social y familiar. Además, en correspondencia con Menéndez (2018), tanto la intensidad como la duración de este tipo de duelo son claramente desproporcionadas.



Tipos de Duelo Patológico

Existen cuatro tipos de duelo patológico tanto en niños como en adultos (Herrera, 2018). El primero es el duelo crónico, que se caracteriza por un dolor incapacitante que persiste incluso después de un año en adultos y seis meses en niños. En este caso, se observa que el individuo tiene dificultades para adaptarse a su nueva realidad. El segundo tipo es el duelo pospuesto. Aquí, el individuo inicialmente muestra solo algunas emociones tras la pérdida. Sin embargo, con el paso del tiempo, experimenta una carga emocional intensa que no había manifestado anteriormente. El tercer tipo es el duelo exagerado. En este caso, el dolor es tan abrumador que el individuo recurre a comportamientos autolesivos. Además, este tipo de duelo puede aumentar la probabilidad de que el individuo desarrolle otros trastornos psicológicos. Finalmente, el cuarto tipo es el duelo enmascarado. Según Herrera (2018), este tipo de duelo puede ser difícil de identificar, ya que el individuo puede presentar problemas físicos y emocionales sin ser consciente de que estos problemas son una manifestación de su duelo.



Duelo Patológico Según la Edad

Es importante tener en cuenta que los síntomas se manifiestan de manera diferente y en distintas proporciones dependiendo de la edad del niño (Menéndez, 2018). En el caso de los niños de edades preescolar y escolar, se pueden presentar miedos exagerados, problemas de apego con los cuidadores principales, juegos traumáticos y regresión persistente. Por otro lado, en los preadolescentes y adolescentes, se pueden observar comportamientos de riesgo, ideación y comportamiento suicida, incapacidad para crear una historia sobre la pérdida, y una perspectiva muy negativa sobre el futuro e incapacidad para establecer objetivos. Algunos estudios sugieren que, en general, en los niños más pequeños se describen con mayor frecuencia el miedo y los problemas de apego, mientras que en los niños mayores son más comunes las conductas de riesgo. Conforme con Menéndez (2018), es esencial tener en cuenta estas diferencias para poder abordar de manera efectiva el duelo patológico en los niños.



Polémica

Existe una polémica considerable en torno al concepto de duelo patológico en niños (Herrera, 2018). Hay profesionales y científicos que rechazan esta categoría diagnóstica, que se encuentra en el DSM - 5, argumentando que cada individuo procesa, interpreta y manifiesta sus emociones de manera única. Para estos psicólogos, médicos y psiquiatras, la inclusión del duelo patológico como un trastorno psicopatológico equivaldría a etiquetar como enferma a una persona que simplemente es sensible a su pérdida. No obstante, existe una corriente de pensamiento que ha ganado terreno a esta idea y que reconoce la importancia de categorizar estos síntomas particulares. En correspondencia con Herrera (2018), el objetivo de esta categorización es poder obtener más información sobre el cuadro clínico, el curso y la prevalencia del problema, así como investigar un tratamiento eficaz.



Recomendaciones

En la actualidad, se reconocen tratamientos psicológicos eficaces para abordar el duelo patológico (Herrera, 2018). Por lo tanto, se aconseja que se establezca contacto con un profesional de la psicología para tratar esta condición. Sin embargo, existen algunas recomendaciones que se pueden seguir para ayudar a los niños que experimentan un duelo patológico. Mantener una comunicación abierta es esencial, proporcionando respuestas honestas y comprensivas a sus preguntas e inquietudes. Es importante crear un ambiente seguro y de confianza donde el niño pueda expresar libremente sus sentimientos y pensamientos. Es beneficioso proporcionarles información adecuada sobre la muerte y las implicaciones de la ausencia del fallecido en su vida cotidiana. Además, es útil preguntarles si tienen alguna duda, miedo o inseguridad, y cómo se les puede ayudar a superar estos sentimientos. Durante todo el proceso de duelo, según Herrera (2018), es crucial mostrarles comprensión y paciencia, brindándole confianza y un apego seguro.



Referencias

  1. García, F. M. (2018, diciembre 12). El duelo patológico en los niños. Eres Mamá. https://eresmama.com/el-duelo-patologico-en-los-ninos/

  2. Menéndez, M. (2018). Duelo Patológico en Niños: Síntomas y Tratamiento. Psicología Online. https://www.psicologia-online.com/duelo-patologico-en-ninos-sintomas-y-tratamiento-3902.html

  3. Peña Herrera, B (Herrera, 2018). (2018, diciembre 26) (Herrera, 2018). Duelo patológico en niños (Herrera, 2018). La Mente es Maravillosa (Herrera, 2018). https://lamenteesmaravillosa.com/duelo-patologico-en-ninos/

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