Todos los seres humanos tienen que afrontar el dolor de la pérdida a lo largo de sus vidas, y los niños no son una excepción (Rodríguez, 2023). Sin embargo, muchas veces no se comprende cómo ellos experimentan esta situación. Por eso, es importante conocer cómo elaboran este proceso los niños para implementar diferentes estrategias que les ayuden a superarlo. Asimismo, es fundamental eliminar las creencias erróneas sobre el duelo infantil que pueden dificultar su recuperación. De esta forma, se podrá brindar el mejor apoyo posible a los niños cuando se enfrenten a esta dolorosa situación. Pero, Rodríguez (2023) menciona que, para entender mejor este tipo de creencias, es necesario definir primero en qué es el duelo.
¿Qué es el Duelo?
El duelo es un proceso de afrontamiento de una pérdida que implica una serie de fases (Rodríguez, 2023). Aunque suele asociarse con la muerte de un ser querido, también puede relacionarse con otras situaciones como un despido, una ruptura de pareja o la muerte de una mascota, entre otras. La psicóloga Klüber - Ross propuso que para superar esta pérdida hay que atravesar 5 fases, que consisten en una sucesión de actitudes y estados de ánimo, en los que las emociones cambian hasta llegar a la aceptación. De acuerdo con Rodríguez (2023), cada persona vivirá esta experiencia a su manera e irá recorriendo este camino forma distinta.
La negación se trata de una defensa del dolor que se experimenta al no poder creer lo ocurrido (Rodríguez, 2023). La mente intenta buscar alguna forma de mantener el bienestar a pesar de encontrarse en una situación de máxima impotencia. La ira surge cuando la persona acepta que la pérdida es real. El doliente siente frustración e impotencia frente a lo que ha ocurrido. En la negociación la persona busca una manera de revertir la situación. En el caso de la muerte de un ser querido, el doliente puede recurrir a creencias religiosas o sobrenaturales. En esta etapa, el dolor emocional es más intenso que en ninguna otra fase. En la depresión la persona cae en una fuerte desesperación y tristeza por la sensación de impotencia. Finalmente, según Rodríguez (2023), en la aceptación el doliente asume que lo ocurrido es irreversible. Sin embargo, a diferencia de la fase anterior, la persona se da cuenta de que se puede vivir con esta pérdida.
Por otro lado, se debe tener en cuenta que los niños pueden vivir este proceso de forma diferente, sobre todo si son pequeños, ya que durante los primeros años de vida suelen ser muy dependientes tanto física como emocionalmente y además pueden no comprender la muerte y sus consecuencias (Rodríguez, 2023). No obstante, de conformidad con Rodríguez (2023), lo que sí perciben es la ausencia de esa persona, experimentando sentimientos de abandono y desprotección.
Entendiendo el Duelo de los Pequeños
Se observa que muchas personas mantienen concepciones equivocadas acerca del duelo infantil, erróneamente pensando que difiere considerablemente de la experiencia en adultos (Rodríguez, 2023). A pesar de que existen algunas diferencias, también se identifican aspectos compartidos. En este sentido, conforme con Rodríguez (2023), resulta fundamental que los niños experimenten una sensación de amor y protección proveniente de una figura significativa.
"Los Niños no se dan Cuenta de lo que Ocurre"
Una creencia muy peligrosa sobre el duelo en la infancia es que los más pequeños no se dan cuenta de lo que ocurre (Rodríguez, 2023). Aunque es cierto que muchas veces los menores no entienden todos los detalles de la muerte y solo perciben un cambio en las rutinas o la ausencia de una cara familiar, la mayoría de las veces son conscientes de que algo ha sucedido y de las consecuencias que tiene (Díaz, 2016). Por eso, según Rodríguez (2023), extrañan a la persona que ha fallecido y se dan cuenta de que los adultos a su alrededor sufren.
El problema de esta creencia es que impide dar a los niños el apoyo que necesitan (Rodríguez, 2023). Si no se les habla de lo que ocurre, pueden buscar información por su cuenta y encontrarla en fuentes inadecuadas o interpretarla mal (Cañadas, 2013). Por eso, es importante considerar que los niños no ignoran lo que pasa a su alrededor por pequeños que sean los cambios y dirigirse a ellos de forma adecuada: darles más cariño, hablarles en un tono suave o explicarles las cosas cuando tienen más de dos años (Díaz, 2016). Así, de conformidad con Díaz (2016), podrán entender lo básico de la situación y elaborar su duelo de forma saludable.
"Los Niños no Elaboran el Duelo"
Se observa que los menores elaboran el duelo, pero su modo de manifestarlo es diferente al de las personas adultas y varía según su edad (Artaraz Ocerinjaúregui et al., 2017). Los adolescentes experimentan un duelo bastante parecido al de los adultos, pero pueden reaccionar ocultando sus emociones, para no sentirse "diferentes" a los demás (Borja Royo & Montesinos, 2020). En cambio, Borja Royo & Montesinos (2020) mencionan que los niños y niñas pueden tener una expresión emocional más fluctuante, y a veces muestran más enfado y conductas agresivas.
"El Duelo Infantil Debe Durar Poco"
Se tiene una creencia errónea sobre el duelo infantil que se relaciona con la supuesta duración adecuada del mismo (Rodríguez, 2023). Algunos padres piensan que un niño debería superar la muerte de un ser querido lo antes posible, ya que echar de menos a alguien durante mucho tiempo es síntoma de debilidad. Sin embargo, esto genera una presión excesiva en los más pequeños, que no solo tendrán que lidiar con su dolor, sino con la sensación de que no están cumpliendo con las expectativas (Rodríguez, 2023). La verdad es que no hay un tiempo exacto para superar el duelo, cada niño requiere de un tiempo determinado según su edad y su desarrollo (Díaz, 2016). Conforme con Díaz (2016), el menor irá resolviendo las distintas emociones según se vayan planteando, y habrá algunas cosas que se harán de manera inmediata y otras que se irán abordando a medida que se presenten según los cambios vitales.
"Es Mejor Disimular el Dolor Frente a los Niños"
Los menores no están exentos del dolor y el sufrimiento de una pérdida significativa, pero su modo de manifestarlo es diferente al de las personas adultas (Artaraz Ocerinjaúregui et al., 2017). Si se les excluye de esta experiencia, se les impide que desarrollen las habilidades necesarias para afrontar estas situaciones (hacer real la pérdida, identificar las emociones, habilidades sociales para expresar sus sentimientos negativos, reelaborar y adaptarse a la nueva situación…) que van a suceder a lo largo de su vida (Borja Royo & Montesinos, 2020). Además, se les enseña que ocultar los sentimientos es una buena idea y esto complica el proceso (Borja Royo & Montesinos, 2020). Según Artaraz Ocerinjaúregui et al. (2017), a mejor manera de protegerlos es comunicarles lo que ha ocurrido con un lenguaje adecuado a su edad, incluirlos en las actividades familiares y darles espacio para que se expresen y compartan emociones, rituales (siempre acompañados por una persona adulta).
"No Todas las Muertes Pueden Provocar un Duelo"
Se cree que no todos los fallecimientos deberían provocar dolor, pero las emociones no son nada fáciles de controlar (Rodríguez, 2023). Por eso, los menores pueden tener que elaborar el duelo por una pérdida que en principio no debería ser tan complicada, como la de una mascota o de alguien no muy cercano. La clave aquí es la comprensión, ya que los niños no están eligiendo sentirse mal. Por lo tanto, en correspondencia con Rodríguez (2023), los adultos en el entorno de los niños en duelo deben ser pacientes y ayudarles en la medida de las posibilidades.
"En la Infancia no se Comprenden los Rituales"
La participación de los niños en los funerales y/o el tanatorio les permite hacer real la muerte del ser querido y compartir su dolor con el resto de la familia (Borja Royo & Montesinos, 2020). Cuando se les excluye de estos rituales, se sienten marginados, ajenos a la familia y con un dolor menos importante (Artaraz Ocerinjaúregui et al., 2017). Los expertos coinciden en que, a partir de los 6 años, es conveniente ofrecerles la opción de asistir al tanatorio o a los funerales, siempre acompañados por una persona cercana que les explique lo que van a ver, lo que va a suceder y que responda a sus preguntas. Sin embargo, por debajo de los 3 años, es posible que no comprendan el significado de estos rituales y que se asusten. Conforme con Artaraz Ocerinjaúregui et al. (2017), entre los 3 y 6 años, no hay un criterio unánime, pero se sugiere ofrecerles la posibilidad de participar en un grupo reducido y con personas conocidas.
Referencias
Artaraz Ocerinjaúregui, B., Sierra García, E., González Serrano, F., García García, J. Á., Blanco Rubio, V., & Landa Petralanda, V. (2017). Guía Sobre el Duelo en la Infancia y la Adolescencia: Formación para madres, padres y profesorado. Colegio de Médicos de Bizkaia. https://www.sepypna.com/documentos/Guía-sobre-el-duelo-en-la-infancia-y-en-la-adolescencia-1.pdf
Borja Royo, A., & Montesinos, R. (2020, febrero 4). ¿Ocultamos la Muerte a Nuestros Hijos? Apai Psicólogos. https://www.apai-psicologos.com/ocultamos-la-muerte-a-nuestros-hijos/
Cañadas, M. L. (2013, marzo 5). Duelo en Niños… ¿Hablamos de Mitos e Ideas Erróneas? Psicólogos Salamanca. https://www.mariluzcanadas.es/psicologos-salamanca/duelo-en-ninos-hablamos-de-mitos-e-ideas-erroneas/
Díaz, P. (2016, noviembre 3). Las Creencias Erróneas más Extendidas Sobre el Duelo Infantil. Fundación Mario Losantos del Campo. https://www.fundacionmlc.org/creencias-erroneas-sobre-el-duelo-infantil/
Rodríguez, A. (2023, septiembre 17). Tres Creencias Erróneas Sobre el Duelo Infantil. La Mente es Maravillosa. https://lamenteesmaravillosa.com/tres-creencias-erroneas-sobre-el-duelo-infantil/
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